(Lectura de la Biblia en tres años: Deuteronomio 2:26–37, Marcos 15:12–20)

HAY GOZO CUANDO UN PECADOR SE ARREPIENTE

“¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, barre la casa y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: ‘Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido’. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”.

Lucas 15:8-10

Algunas veces, trabajamos duro en nuestra vida y en la vida de nuestra congregación para alcanzar a los pecadores perdidos y podemos desanimarnos. Invitamos a las personas a venir al estudio bíblico y al culto de adoración, y no vienen. Le hablamos a un amigo acerca del amor de Dios y el amigo no escucha. Empezamos a preguntarnos si vale la pena el esfuerzo. ¡Claro que sí vale! El Señor “no [quiere] que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

Aunque alcancemos a sólo un incrédulo con el mensaje de salvación que haga que esa persona se arrepienta y crea en Jesús, los ángeles en el cielo se regocijarán. El gozo viene a nuestros corazones cuando comprendemos que nosotros también alegramos a Dios y a los ángeles cuando llegamos a formar parte de la familia de Dios. Mediante la fe en Cristo, el Cordero de Dios, nuestros pecados son perdonados y cubiertos por la sangre de Jesús.

Tal vez usted conozca a alguien que necesita arrepentirse. Comparta las buenas nuevas de Jesús con esa persona. Entonces por la gracia de Dios, cuando esa persona se arrepienta, los ángeles en el cielo, junto con usted, se alegrarán.

Oración:

Querido Señor, gracias por darme motivo para regocijarme con los ángeles de Dios. Tú eres mi Salvador del pecado. Amén.

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