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Meditación - 2022 mayo 16

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 33, Mateo 11:1–12)

 

Bendice, alma mía, a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades.

Salmo 103:2-3

La cristiandad, la única santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el pueblo escogido de Dios, los que por la verdadera fe en Jesucristo han llegado a ser sus queridos hijos, esta cristiandad, y cada miembro de ella, posee algo todos los días en gran abundancia que es mejor que cualquier otra cosa, y que no se puede conseguir o comprar por ninguna obra humana ni por ningún tesoro en el mundo: el perdón de los pecados.

El Dr. Lutero dice en su Catecismo Menor: "En esta cristiandad él nos perdona todos los pecados a mí y a todos los fieles diariamente con gran misericordia." Y el Espíritu Santo mueve a cada cristiano a decir estas palabras de alabanza y regocijo: "Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades." En verdad, este perdón de los pecados vale más que todos los tesoros del mundo. Si Dios no nos perdonara nuestros pecados, estaríamos perdidos. Si hubiera un solo pecado que Dios no nos perdonara, estaríamos perdidos. Pero Dios nos perdona a nosotros los cristianos todos nuestros pecados, y lo hace diaria y abundantemente. A diario nos toma en su abrazo paternal y nos perdona todos nuestros pecados. Nuestros pecados siguen siendo perdonados día a día, toda maldición y todo castigo está lejos de nosotros, y descansamos gozosa y pacíficamente en el seno de Dios esperando la vida eterna, la cual seguramente él nos dará.

"Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades." Esto es ciertamente la verdad.

Oración:

Oh misericordioso Dios y Padre, ¿Cómo te agradeceré y te alabaré debidamente? No lo puedo hacer. Sin embargo, oh Señor, me regocijo porque por tu palabra y el Espíritu Santo me has hecho un miembro del número noble y bendito de aquéllos a quienes diaria y abundantemente les perdonas todos los pecados. Ahora yo, un pobre pecador, tengo la paz y seré salvo. Abba, Padre, permite que yo siempre, y en dondequiera que me encuentre, pertenezca a esta iglesia cristiana. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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