(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 8:1–19, Mateo 17:24–27)

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre así también nosotros andemos en vida nueva. 

Romanos 6:4

Por medio del bautismo nosotros los cristianos somos hechos partícipes de Cristo, y de toda la salvación que ha obtenido para nosotros. "Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." (Gálatas 3:27). Cristo murió y fue sepultado por nuestros pecados como nuestro substituto. Nosotros somos hechos partícipes de esto por medio del bautismo. Nuestros pecados ya no pueden condenarnos ni controlarnos. "Somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo." Cristo, nuestro substituto fue levantado de los muertos por la gloria del Padre, y ahora vive una vida nueva, libre de la carga de nuestro pecado. De esto, también, somos hechos partícipes por medio del bautismo: tenemos una vida nueva, libre de la carga de nuestro pecado… "Así también nosotros andemos en vida nueva." ¿Qué significa esto? Significa que el viejo Adán en nosotros, la naturaleza pecaminosa que hemos heredado de Adán y en la cual nacemos, debe morir, debe ser ahogada por el pesar y el arrepentimiento diarios, y debe morir con todos sus malos deseos. Concientes de nuestra fragilidad humana y agradecidos por la salvación gratuita ganada por Cristo para nosotros, diariamente vamos a querer arrepentirnos del pecado que todavía nos asedia, y pedirle a Dios que nos perdone por los méritos de Cristo. Esto mata cada día el poder del pecado y que cada día también surja y resucite en nosotros el nuevo hombre, para vivir eternamente delante de Dios en justicia y pureza. Tal nuevo hombre y un nuevo ser y vida espiritual, está en nosotros los cristianos por medio de la fe que hemos recibido. Este nuevo hombre necesita diariamente resucitar en nosotros  para vivir una vida y manera de andar piadosas. Por el poder del evangelio este nuevo hombre vivirá para siempre, en la gloria eterna, librado completa mente del viejo Adán. Esto es lo que nuestro bautismo significa para nosotros los cristianos.

Oración: 

Señor mi Dios, que de gran misericordia por el lavamiento de regeneración me hiciste partícipe tanto de la muerte y de la vida de mi Salvador, te pido que por el evangelio que es el poder del Espíritu Santo obres en mí para que diariamente muera para el pecado, y viva para ti y te sirva, hasta que en la vida venidera esté completamente renovado y perfectamente feliz. Amén.

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