
Meditación - 2022 junio 13
(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 2, Mateo 16:1–4)
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
San Mateo 6:12
Diariamente pecamos mucho. Esto es cierto. Tampoco merecemos nada sino el castigo. Y no merecemos que Dios acepte y oiga nuestras oraciones y peticiones. Pero el Hijo de Dios, nuestro misericordioso Sumo Sacerdote, que ha expiado nuestro pecado y culpa, nos instruye ir, así como lo hacen los niños, a nuestro Padre celestial cada día y pedir: Perdónanos nuestras deudas. Y nuestro Padre celestial, en atención a la obra redentora de Jesucristo, seguramente nos perdona y lo hace con gran misericordia. No considera nuestros pecados, y no nos culpa de ellos, pues Cristo los cargó por nosotros como nuestro sustituto, y en vista de eso, Dios, no rechaza nuestra oración a causa de nuestros pecados, sino que misericordiosamente nos brinda toda clase de cosas buenas.
Habiendo sido perdonados gratuitamente, y en gratitud al sacrificio de nuestro Salvador, nosotros también vamos a querer perdonar a quienes nos hicieron mal. Jesús nos enseña a incluir en nuestra oración "perdonamos, como también nosotros hemos perdonado". Si nuestro Padre celestial diariamente nos perdona todos nuestros pecados, y nos da toda clase de bendición, luego, seguramente, nosotros también vamos a querer perdonar de corazón y estar prestos para hacer el bien a los que pequen contra nosotros. Por el poder del evangelio, presente en los medios de gracia, hemos nacido de su palabra y somos "nuevas criaturas". Por esto, el que no quisiera perdonar a su prójimo realmente no conoce ni confía en la gracia de Dios, o la ha olvidado. Tal persona tiene el perdón de Dios. Y si, sin embargo, ora la quinta petición del Padrenuestro, al hacerlo invoca sobre sí mismo la ira de Dios. Porque la quinta petición dice: "Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores."
Oración: Querido Padre celestial, te suplico, por causa de Jesucristo y su expiación vicaria a favor de mí, que no mires mis pecados, ni por causa de ellos rechaces mi oración que te ofrezco. Reconozco que no soy digno de ninguna de las cosas por las cuales pido, ni las he merecido; porque diariamente peco y te ofendo tanto que no merezco nada sino el juicio. Pero, a pesar de esto, en tu misericordia y, por los méritos de Jesucristo, concédeme todo. Y que siempre, yo también de corazón perdone y haga bien a los que pequen contra mí, que soy pobre pecador. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 01
Ver Recursos