
Meditación - 2022 enero 8
(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 35, 2 Pedro 1:3–15)
DESECHANDO LO VIEJO
Yo les mostraré mi favor. Yo los haré fecundos. Los multiplicaré, y mantendré mi pacto con ustedes. Todavía estarán comiendo de la cosecha del año anterior cuando tendrán que sacarla para dar lugar a la nueva.
—Levítico 26:10
Para poder ser piloto de un avión moderno se requiere entrenamiento especializado lo mismo que para hacer cirujano cardiólogo los estudiantes practican sobre modelos no sobre la realidad misma hasta que estén bien capacitados. Dios procede de manera similar como su pueblo. En el texto de la meditación de hoy la bendición prometida es tan abundante que deberán vaciar los depósitos de la cosecha anterior para tener espacio libre dónde poner la nueva cosecha. En el nuevo pacto sucede algo similar. ¿cómo así?
Cuando Dios nos da algo nuevo esto siempre es superior a lo anterior. El nuevo pacto es superior al antiguo pacto. Esto se debe a que aquel antiguo pacto sólo fue un modelo didáctico que sirve para entrenarnos para el verdadero pacto, el nuevo. Tal como la misma Biblia lo dice el antiguo pacto es sólo una sombra un modelo. Pero el nuevo pacto es la realidad, la verdad. Es por esta razón que Dios no quiere que permanezcamos en el modelo del antiguo pacto sino que avancemos a la realidad. Todo lo del antiguo pacto nos sirve como ayuda didáctica. Pero una vez aprendido es importante avanzar hacia la realidad del nuevo pacto.
El querer persistir en el antiguo pacto o procurar combinar el nuevo con el antiguo no son más que formas de rechazar el nuevo pacto, es decir, rechazar a Jesucristo. En el nuevo pacto Dios nos bendice abundantemente con los méritos de Jesucristo. Nos atribuye, gratuitamente, su vida justa y pone nuestros pecados en la cruz junto con el cordero de Dios, de tal manera que somos declarados justos con la justicia de Cristo y nuestros pecados son perdonados por su sangre derramada en la cruz. En gratitud vamos a querer llenar nuestra vida con las bendiciones y promesas incondicionales que nos trae Jesucristo y dejar atrás nuestros propios méritos.
Oración:
Señor, mi orgullo pecaminoso continuamente me influye para hacerme creer que puedo hacer mucho sin ti. Reconozco que tú odias ese pecado y por eso merezco tu ira eterna. Pero tu Hijo Jesucristo cumplió la ley en lugar mío y con su sacrificio en la cruz pagó por mis pecados. En gratitud quiero no ser soberbio y confiar plenamente en Ti. Te suplico que por tus medios de gracia fortalezcas mi fe a fin de que mi confianza esté depositada solo en Ti. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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