(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 48:14–35, 1 Juan 4:13–21)

NACIDOS POR LA VOLUNTAD DE DIOS

Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.

—Juan 1:12–13

¿Ha nacido usted de nuevo? Muchas personas imaginan que saben la fecha y la hora exacta del día que nacieron de nuevo pues consideran que fue cuando ellos decidieron seguir a Cristo. Algunos inclusive afirman que fue cuando pasaron al altar para recibir a Cristo. Desde esa perspectiva nacer de nuevo es solamente iniciar un nuevo rumbo en la vida en base a una decisión tomada en ejercicio del libre albedrío. Pero ¿qué es lo que la Biblia enseña del nuevo nacimiento?

Según las Sagradas Escrituras, los hijos de Adán hemos heredado su naturaleza pecadora y en cuanto a lo espiritual nacemos muertos en nuestros delitos y pecados. No tenemos la capacidad de obrar el bien pues nuestra voluntad está sujeta a los deseos de la carne y subyugada al espíritu que domina sobre los hijos de desobediencia. Por esto en nuestro estado pecaminoso no podíamos tomar ninguna decisión espiritual para nacer de nuevo. Es Dios quién es rico en su gran misericordia quién nos dio vida cuando aún estábamos muertos en nuestros pecados. Fue la decisión, la voluntad y el libre albedrío de Dios el que, por amor, obró en nosotros el nuevo nacimiento. Muchas personas señalan que en Juan 1:12 se enseña que fue la decisión de la persona no hacer de nuevo pues ese texto dice «más a cuantos lo recibieron a los que creen en su nombre les dio el derecho de ser hijos de Dios». Pero, sí honestamente notamos el versículo siguiente y ponemos en contexto el versículo 12 leemos que «estos no nacen de la sangre ni por deseos naturales ni por voluntad humana sino que nacen de Dios»

Todo el mérito de nuestra salvación pertenece solamente a Dios nosotros no tenemos ninguna parte en ese mérito fue Dios que nos buscó fue Dios quien nos resucitó a la nueva vida dándonos el nuevo nacimiento y es el que producen nosotros el querer y el hacer de tal manera que perseveremos en la fe para la salvación. Que nuestro Señor Jesucristo por medio de su evangelio presente en el bautismo y en la cena del Señor por medio de su santo cuerpo y su preciosísima sangre nos fortalezca y guarde en la verdadera fe para la vida eterna

Oración:

Ayúdame, Señor, a mantener mi mirada en ti y en tu obra redentora, de manera que en mí aflore tal gratitud que me mueva a compartir el evangelio a los demás. Amén.

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