
Meditación - 2022 enero 10
(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 36:17–38, 2 Pedro 2:1–8)
NUEVAS MISERICORDIAS
Por la bondad de Jehovah es que no somos consumidos, porque nunca decaen sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. «Jehovah es mi porción», ha dicho mi alma; «por eso, en él esperaré.»
—Lamentaciones 3:22–24, Reina-Valera Actualizada
El texto de la meditación de hoy fue escrito por el profeta Jeremías, pero inspirado por el Espíritu Santo y aquí que nos dice que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana ¿Significa acaso que las misericordias de Dios envejecen? La respuesta es un rotundo no. Entonces, ¿qué significa?
En nuestra realidad terrenal lo nuevo deja de ser nuevo tan pronto como le damos su primer uso. Pero eso no sucede con las misericordias de Dios pues nunca envejecen ¿Cómo así?
Dios nunca envejece, eso quiere decir que nunca cambia. La Palabra de Dios dice que «Cristo es el mismo ayer hoy y siempre. En el Antiguo Testamento leemos: «yo Jehová no cambio» Así que Dios es eternamente nuevo. Su bondad, misericordia y amor son eternos, es decir, que él no es cambiante. No sucede que un día nos ama y otro día ya no. Dios nos dice «con amor eterno te he amado» Eso significa que sus promesas incondicionales son fieles y permanentes. El Evangelio es una de esas promesas. Dios nos ama en Cristo. Él envió a su hijo para ser nuestro sustituto en dos aspectos principales. Primero, Cristo vino para vivir una vida de perfecta obediencia cumpliendo la voluntad del Padre en lugar nuestro. Toda esa obediencia perfecta nos es atribuida gratuitamente el día de nuestro bautismo. Además, Cristo vino para pagar el castigo que merecíamos por nuestros pecados. En la cruz, Cristo sufrió la ira eterna de Dios en lugar de nosotros. Sí, sus misericordias son siempre nuevas
Sólo por causa de la vida perfecta y la muerte inocente de Cristo, ofrecida como un manto para cubrir nuestro malvado corazón, nos podremos presentar frente al Dios omnisciente y salir victoriosos. Sólo los méritos de la justicia perfecta de Cristo y su sacrificio expiatorio pueden ponernos en buenas cuentas con Dios. Cuando estas verdades son sembradas en el corazón del pecador. Entonces pasa de ser un incrédulo a ser un creyente. En gratitud vamos a querer permanecer firmes confiando en la obra de Jesucristo y no en nuestras propias buenas obras.
Oración:
Bendito Dios, te doy gracias porque, cuando mi corazón era todavía incrédulo, enviaste tu Espíritu Santo para extirpar mi incredulidad y darme el don de la fe y así ser creyente. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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