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Meditación - 2022 agosto 8

(Lectura de la Biblia en tres años: Levítico 1–2, Mateo 26:22–29)

ALABEMOS AL SEÑOR POR LA SALVACIÓN QUE NOS DA

Cumplirá el deseo de los que lo temen; oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará

Salmo 145:19

La gente de este mundo es muy pecadora, y el Dios omnisciente que mira desde el cielo ve todos estos pecados. Ve nuestros pecados externos, que otras personas no pueden ver, Y aún más importante es que ve los secretos pecaminosos de nuestros pensamientos. ¿Qué pensará Dios, al darse cuenta de toda la maldad y los pecados de este mundo?

Tal vez pensemos, que Dios podría destruir rápidamente al mundo pecaminoso pero, cuando nos mira, está lleno de amor. Su amor le motivó a salvar al mundo del pecado y a darnos un lugar en el cielo. San Pablo dice: "Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia" (Romanos 5:20). El amor de Dios por los pecadores es grande. "[Dios nuestro Salvador] quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4). Dios quiere que pasemos toda la eternidad con él en el cielo.

Dios no solamente nos salva, sino que también nos cuida todos los días. Las bendiciones físicas que recibimos de nuestro Dios sobrepasan nuestro entendimiento. Entre nosotros, ¿Quién ama a quienes le han hecho algún mal? Pero Dios no es así, sino que nos perdona todos los días de nuestra vida.

Con frecuencia la gente trata de detener los planes de Dios, al no seguir sus instrucciones. Por ejemplo, Dios quiere llevarnos a la alegría infinita en el cielo, pero muchos no quieren seguir su camino por medio de Jesús. Muchos judíos del tiempo de Jesús pensaban que su vida sería mejor si Jesús fuera un rey que les diera alimentos y así tendrían lleno el estómago. Jesús tenía mucho más que pan para los judíos, pero ellos no quisieron el mejor regalo: el pan de vida. Este pan es las buenas nuevas de lo que Jesús había hecho por ellos. Les daría la vida eterna en el cielo.

Con demasiada frecuencia caemos en el pecado de desear cumplir nuestros deseos terrenales sin mirar los mejores regalos que Dios quiere darnos. Él siempre está listo a perdonarnos y llenará de alegría nuestro corazón, cuando nos arrepentimos de nuestros pecados.

¿En qué piensa Dios, cuando ve la pecaminosidad de la gente de este mundo o nuestro corazón pecaminoso? Él piensa en: su plan de salvación, su deseo de salvarnos, y la vida eterna en el cielo. Por eso, alabe a Dios por el don de la salvación y por el gozo eterno que nos da al tener la fe salvadora en Jesucristo.

Oración:

Amado Señor, qué cosas tan grandes has hecho por mí que soy pecador y que no merezco nada. Te lo agradezco por toda la eternidad. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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