(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 7, Mateo 3:13–17)

¡TODO FUE CREADO POR MEDIO DE CRISTO!

Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir.

—Juan 1:3

Cristo no solo existía en la eternidad como Dios, el Hijo. También, dice la Biblia, todo fue creado por Él y ninguna cosa creada hay que no haya sido hecha por Él ¿Cómo así?

Cuando leemos en la Biblia que Dios el Padre es el Creador y luego ahora el apóstol Juan nos dice que todo fue Creado por Cristo pareciera que estaríamos ante una gran contradicción. Pero en realidad no es así. Por ejemplo, cuando Dios el Padre decide crear la luz, según Génesis, Él dijo: «Sea la luz», es decir que dio una orden para que la luz exista y así sucedió, la luz comenzó a existir. Es precisamente cuando Dios dice: «Sea la luz» que Dios, el Hijo obra. Porque esa orden, esa palabra que Dios envía de sí mismo es Cristo. Así lo explica el apóstol Juan: «Antes de que todo comenzara ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra. Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo. De la Palabra nace la vida, y la Palabra, que es la vida, es también nuestra luz.» (Juan 1:1–4, Biblia Traducción en lenguaje actual)

Podemos dividir todo el universo en dos realidades: a un lado está la realidad de todo lo que no ha sido creado, todo lo que siempre ha sido. Al otro está todo lo que fue creado. ¿Dónde se encuentra Cristo? Puede ser que para algunos Cristo sea la primera cosa creada. Pero para la Biblia Cristo está donde todo es increado, eterno, o sea Dios, pues, «ninguna cosa creada hay que no haya sido hecha por Él» En gratitud vamos a querer apreciar a Cristo, la Palabra encarnada de Dios.

Oración:

Señor, te damos gracias de un modo especial por el don de tu amado Hijo y por la revelación de tu voluntad y tu gracia: y te suplicamos que siembres tu Palabra en nuestros corazones para que produzca en nosotros buenos frutos y perseveremos en hacer el bien. Amén.

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