Skip to content

Meditación - 2022 abril 5

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 4:1–10, Mateo 2:1–5)

CRISTO ES DIOS HECHO HOMBRE

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. […] Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

—Juan 1:1,14

Para muchas personas es incomprensible la idea de que Cristo sea Dios hombre a la vez y hasta a veces les resulta ofensivo. Se preguntan ¿Cómo es posible que Dios siendo infinito pueda ser un hombre finito? Por esta razón les es más fácil aceptar que Cristo fue solamente un hombre como cualquier otro, o a lo mejor que se trate de un ser angelical o celestial que llegó a ser humano. Pero ¿Qué es lo que la Biblia enseña de verdad?

En el texto de la meditación de hoy, el apóstol San Juan nos dice que Cristo, al que llama El Verbo, ya existía en el principio junto a Dios y que era Dios. Además afirma, sin mayores rodeos, que ese Verbo, que es Dios, se hizo hombre. Así revela que en la persona de Jesucristo habían dos naturalezas: la divina y la humana. Sí, la Biblia enseña que Jesucristo fue un verdadero hombre, un ser humano finito con todas las limitaciones propias de su naturaleza. Es decir que para vivir necesitaba alimentarse regularmente, dormir cuando estaba cansado, comer cuando tenía hambre y beber al tener sed. Tenía genuinos sentimientos humanos que se expresaban en alegría, tristeza o enojo. Pero a la vez en esa misma persona de Jesucristo había la naturaleza divina que se había encarnado como hombre. Esa naturaleza divina que le hacía consciente se su misión salvífica. Como hombre Jesucristo tenía el derecho de ser el rey de los judíos pues era el descendiente directo de la dinastía davídica. Pero como Dios, él sabía que su misión era, no ser un rey terrenal, sino ser el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Como hombre necesitaba un cuerpo humano santo y puro, libre de pecado para pagar los pecados de toda la humanidad. Pero solo siendo Dios podría pagar el precio: sufrir en la cruz la ira eterna en expiación por el pecado. Sí, solo Jesucristo pudo obedecer perfectamente la voluntad de Dios porque él era Dios. Dios es bueno y perfecto por naturaleza, no puede pecar pues odia el pecado. Jesucristo, siendo santo por naturaleza hizo el bien perfectamente pues el pecado no tenía parte en él. Vino para ser nuestro sustituto tanto en la obediencia perfecta de la voluntad de Dios como al sufrir nuestro castigo en la cruz. Por esos méritos suyos hemos sido perdonados. En gratitud vamos a querer vivir en santidad y amar el bien odiando el pecado.

Oración:

Afírmanos, Señor, en la verdadera fe; y concédenos crecer en tu fe y en la obediencia a tu voluntad, de manera que seamos siervos fieles que prediquen y enseñen el Evangelio en nuestro país y en todas las naciones. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos