
Meditación - 2022 abril 4
(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 3, Mateo 1:21–25)
¿DE QUIÉN ES HIJO EL CRISTO?
Mientras estaban reunidos los fariseos, Jesús les preguntó: —¿Qué piensan ustedes acerca del Cristo? ¿De quién es hijo? —De David —le respondieron ellos. —Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.” Si David lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su hijo? Nadie pudo responderle ni una sola palabra, y desde ese día ninguno se atrevía a hacerle más preguntas.
—Mateo 22:40–46
La naturaleza divina del Mesías que había de venir fue un asunto claro para la gente del Antiguo Testamento. Sin embargo esta claridad fue perdiéndose más y más a medida que le gente dejó de centrarse en las Santas Escrituras ¿Cómo así?
La Biblia se refiere al Mesías o Cristo con diversos nombres que identifican algunas de sus cualidades: «Hijo del hombre», para señalar su naturaleza humana genuina; «Hijo de David» para señalar que vendría de la familia real dentro de la dinastía davídica. No está mal decir que Jesús es hijo del hombre si es que con ello no se está negando su naturaleza divina. Pero para el tiempo del ministerio terrenal de Cristo, los líderes judíos habían tergiversado tanto el concepto del Mesías que lo habían reducido a un simple descendiente de David que liberaría a la nación de la opresión del imperio romano. Jesús plantea la pregunta de la meditación de hoy para resaltar que el Cristo es Hijo de Dios en el sentido de que es Dios encarnado. Sí, Jesucristo es Dios, el Hijo, la segunda persona de la Trinidad que se hizo hombre para nuestra salvación. Él vino para ser nuestro sustituto tanto así obedecer perfectamente por nosotros toda la voluntad divina como al derramar su vida en pago por el castigo eterno que merecemos. Es tan consolador saber que Dios el Hijo dio su vida que en gratitud vamos a querer honrarlo y adorarle viviendo en santidad esperando su venida.
Oración:
Señor, sin Jesucristo no tengo salvación. Es solo gracias a sus méritos que puedo entrar a tu presencia. Te suplico me guardes en la verdadera fe de tal manera que nunca aparte mi mirada de Él. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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