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Meditación - 2022 abril 28

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 23, Mateo 7:21–29)

LAS PALABRAS DEL CRISTO

Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos.

—Mateo 8:16

¿Ha notado usted que Jesús nunca oró por los enfermos? Sí, es verdad a lo largo de su ministerio Jesús no recurre a la oración para sanar a los enfermos. Él simplemente da una orden y estos sanan. Cristo no necesitó orar por los enfermos porque él es Dios y basta que dé una orden para que algo suceda. No solo los demonios que son seres vivos e inteligentes le obedecen, sino también las enfermedades y aún la naturaleza misma como cuando mandó a una tormenta que cese, todo está sujeto a su palabra. ¿Cómo así?

Cristo es el rey del reino de los cielos. Pero Él gobierna en ese reino con el poder de su palabra. La palabra de Cristo no solo dice algo, como lo hacen nuestras palabras. La palabra de Cristo es viva y eficaz y por eso no solo dice sino que también obra lo que dice. Cuando Jesús decía «arrepiéntanse» no estaba amenazando o aconsejando, sino creando arrepentimiento. Cuando él decía «cree» estaba produciendo en el oyente la fe necesaria para creer.

Pero la palabra de Cristo no solo obra en el momento en que fue dicha, sino que continúa obrando aún mucho más allá hasta que haya concluido su misión. Por esto el bautismo todavía continúa obrando nuevos nacimientos no porque el agua tiene poder sino porque la palabra vinculada por Cristo al agua obra en el ser humano. Del mismo modo el pan y el vino nada pueden. Pero la palabra de Cristo unida a ese pan y ese vino imparten no solo el perdón de pecados que anuncian sino la fe necesaria para beneficiarse de ese perdón. Esa misma palabra que ha creado las nuevas criaturas en la vidas de los seres humanos es la que les dará crecimiento y obrará en ellos el querer servir a Cristo y honrarle en gratitud por la salvación gratuita por los méritos de Cristo

Oración:

Concédeme, Señor, el querer mantener mi mirada solo en ti y en tu obra redentora, que en mí haya tal gratitud que me mueva a compartir el evangelio a los demás. Revela en mi vida el amor que tú me has mostrado en tu Hijo. Santifícame en la verdad de modo que no sea cómplice de la mentira cuando el enemigo, mediante sus estrategias, quiere adulterar el mensaje. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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