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Meditación - 2022 abril 25

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 21:1–21, Mateo 7:1–6)

NUESTRA COMUNIÓN CON EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO

Esa copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no significa que entramos en comunión con la sangre de Cristo? Ese pan que partimos, ¿no significa que entramos en comunión con el cuerpo de Cristo?

—1 Corintios 10:16

Las diversas relaciones que hay entre los distintos seres que existen siempre involucran comunión. Nuestra relación con Dios no es la excepción. Pero tal comunión no es algo meramente subjetivo que experimentamos en nuestro interior como una experiencia religiosa que da la sensación de haber estado con Dios. aunque nuestra comunión actual con Dios no es muy parecida a nuestra comunión con otros seres no por eso es menos real ¿Cómo así?

Solo Cristo tiene comunión directa con el Padre. Es por esto mismo que toda relación y comunión con el padre es necesariamente a través de Cristo, el Hijo. El camino al Padre es el Hijo. Así, la comunión con el padre es primero que nada comunión con el Hijo. Esta comunión con el Hijo no consiste en pasar horas cantándole o ayunando o inclusive orando. La única verdadera comunión con el Hijo se da en el marco mismo de lo que él mismo ha designado como el lugar de encuentro entre Dios y el hombre: el propiciatorio. En el Antiguo Testamento el propiciatorio fue simbolizado por la tapa del arca del pacto que el sacerdote hebreo cubría con la sangre del sacrificio. Hoy el propiciatorio es Cristo mismo. Y él ha designado como punto de comunión entre Dios y el hombre, su cuerpo entregado y su sangre derramada para el perdón de los pecados. Tal como lo dice el texto de la meditación de hoy: «En la Cena del Señor, cuando tomamos la copa y pedimos que Dios la bendiga, todos nosotros estamos participando de la sangre de Cristo. Y cuando partimos el pan, también participamos todos del cuerpo de Cristo.»

Oración:

Te doy gracias Señor que por tu evangelio me diste perdón de pecados y vida eterna gracias a los méritos de tu Hijo Jesucristo. Lo hiciste cuando el Espíritu Santo obró en mí fe y vida nueva por el poder de tu Palabra unida al agua al ser bautizado. En la cena del Señor tengo comunión con la sangre y el cuerpo de Cristo dados para el perdón de mis pecados. Suplico, por tus medios de gracia, afírmame en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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