(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 15, Mateo 5:31–37)

ESTO ES LO QUE ESTÁ ESCRITO

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. —Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.

— Lucas 24:45–47

Por tres años los discípulos de Cristo aprendieron con el mejor maestro que nadie pudo tener y aun así no habían llegado a comprender que el Cristo había venido a dar su vida por la salvación de la humanidad y no para establecer un reino político en la tierra. ¿Cómo es posible que no lo hayan entendido antes?

Sucede esto porque nadie puede comprender las verdades espirituales por sí mismo. Tal como está escrito: «el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente» (1 Corintios 2:14) Es solo por la obra del Espíritu Santo que el ser humano puede alcanzar la comprensión de las verdades espirituales. Pero el Espíritu Santo no obra sin la Palabra o aparte de ella. Por el contrario, obra por medio de ella y solo a través de ella. Por esto Cristo usa las Escrituras para iluminar a sus discípulos en el pasaje de la meditación de hoy. Él les dice: «Esto es lo que está escrito» El Espíritu Santo no obra en nosotros mediante sueños, visiones o sentimientos. Solo obra mediante la palabra, mediante lo que «escrito está» a esto llamamos el principio de la «Sola Escritura». Es esta palabra escrita, al ser dada a conocer, la que obra con poder impartiendo fe, sabiduría y nueva vida espiritual (Romanos 1:16; 10:17; Hebreos 4:12). Cristo asignó a su iglesia la misión de 1) dar a conocer su palabra para arrepentimiento: los mandamientos morales que nos abren los ojos de la conciencia y nos muestran nuestro pecado y la condenación eterna que merecemos por ello para así conducirnos al arrepentimiento; y 2) anunciar el perdón gratuito de los pecados gracias únicamente a los méritos de Cristo efectuados para que sean atribuidos a favor nuestro. En gratitud vamos a querer difundir esta palabra al mundo entero.

Oración:

Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado y guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. En esta iglesia cristiana diaria y completamente él me perdona a mí y a todos los creyentes todos los pecados. Y en el último día me resucitará a mí y a todos los muertos. Y nos dará vida eterna a mí y a todos los que creen en Cristo. Esto es ciertamente la verdad. Amén.

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