(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 48:1–49:7, Colosenses 4:12–18)

CÓMO SER POBRE SIN ESFUERZO

Al que cultiva su campo, hasta le sobra comida; al que anda con ociosos, lo que le sobra es pobreza.

—Proverbios 28:19

«A esta edad si me ven triste no es por falta de cariño, es por falta de dinero». La falta de recursos económicos puede llegar a ser tan deprimente que solo nos quede llorar. Ser pobre no es una experiencia aislada. La gran mayoría de los seres humanos es pobre o lo será pronto. Jesucristo enseño: «A los pobres siempre los tendrán con ustedes» de ahí aprendemos que la pobreza material no será erradicada fácilmente y por tanto, cada generación de creyentes enfrentará el asunto ¿Cómo podemos dejar de ser pobres sin dejar de ser creyentes.

Dios no está en contra de las personas que han asumido la tarea de hacer riqueza material. Pero sí está en contra de que eso se haga la cosa más importante en nuestra diaria existencia. Dios no condena a nadie por ser rico, pero sí condena a quien confía en sus riquezas en lugar de confiar en Dios. Por otra parte el Señor bendice el trabajo diligente y honesto. Pero a quien no quiere mover ni un dedo para ser productivo no le sorprenda que pronto le llegue la pobreza. Sí, se puede ser pobre rápidamente y sin ningún esfuerzo. ¿Significa eso que ser pobre está mal? No hay nada de malo en ser pobre a menos que esa pobreza sea el resultado de la desidia, tal como nos lo recuerda el apóstol Pablo: «Procuren vivir en paz, y ocuparse de sus negocios y trabajar con sus propias manos, tal y como les hemos ordenado […] Cuando estábamos con ustedes, también les ordenamos esto: «Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.» (1 Tesalonicenses 4:11; 2 Tesalonicenses 3:10 RVC). Sin embargo, creer que por el solo hecho de hacer nuestro mejor esfuerzo podemos esperar enriquecer es confiar en nuestro trabajo y no en el Señor. La Biblia es clara cuando dice: «La bendición del Señor es la que enriquece, y nada le añade nuestro esfuerzo.» (Proverbios 10:22). Todo lo que tenemos es solo gracias a Dios. Confiar en nuestro esfuerzo para conseguir el éxito profesional o laboral es pecado de idolatría por el que merecemos padecer toda la ira de Dios por la eternidad en el infierno. Cristo recibió en la cruz ese castigo en lugar nuestro y con su vida obediente cumplió perfectamente la ley de de Dios por nosotros. En gratitud vamos a querer ser productivos y confiar en Dios para nuestro sustento.

Oración:

Señor, tu Hijo Jesucristo cumplió la ley en lugar mío y con su sacrificio en la cruz pagó por mis pecados como mi sustituto. Él fue realmente productivo. En gratitud quiero ser un cristiano diligente lleno de frutos de arrepentimiento. Te suplico me lo concedas por Cristo tu Hijo y mi Redentor. Amén.

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