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Meditación - 2021 septiembre 5

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 47, Colosenses 4:7–11)

TODO NOS SUCEDE PARA BIEN

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

—Romanos 8:28

Un antiguo refrán afirma: “No hay mal que por bien no venga” Pero en verdad, ¿Qué bien puede resultar de lo malo que nos sucede? Llamamos malo a aquello que daña, los acontecimientos malos se llaman así porque resultan en nuestro daño. Sí, parece no tener sentido el refrán ni el texto bíblico de hoy. Pero, aunque todo parezca deprimente, la palabra de Dios afirma que todo redundará en nuestro bien ¿Cómo estar seguros de que así será?

En la afirmación bíblica hay una condicionante: el ser parte de los que aman a Dios. Creer que amamos a Dios no es suficiente, pues todo lo que Dios exige para tener validez delate de él debe ser perfecto. Nadie ama a Dios perfectamente como él lo exige, pues «No hay en la tierra nadie tan justo que haga el bien y nunca peque.» (Eclesiastés 7.20; cf. Romanos 3:10-12) No hemos amado a Dios perfectamente como él lo exige y por tanto no merecemos que todo redunde en nuestro bien. Por el contrario, merecemos padecer toda la ira eterna de Dios en el infierno. Sin embargo Pablo no termina ahí. Más adelante explica quiénes son los que se benefician de esta promesa: «los que han sido llamados de acuerdo con su propósito». Sí, Dios nos llama mediante el evangelio y los medios de gracia a ser parte de su pueblo escogido, a los llamados, el evangelio los justifica gratuitamente por los méritos de Cristo y finalmente los glorifica. Esta glorificación es gradual: «Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.» (2 Corintios 3:18 RV1960). Esto significa que cuanto más expuestos somos al evangelio o más gloria tenemos, o más nos endurecemos contra Dios. El Señor no quiere que estemos endurecidos y por eso permite que nos sucedan cosas que colaboren a quitarnos la dureza que resiste su palabra: « Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.» (Deuteronomio 8:3) Puesto que todo cuanto Dios permite en nuestra vida es por nuestro bien y porque Cristo ganó nuestro perdón, en gratitud vamos a querer apreciar y dar gracias a Dios por todo (1 Tesalonicenses 5:18)

Oración:

Misericordioso Dios: Te loamos por todas las bondades y conmiseraciones que Tú has manifestado hacia nosotros. Acepta, te suplicamos, nuestro tributo de adoración, alabanza y acción de gracias. Danos tal comprensión de todas tus misericordias, que nuestros corazones sientan verdadera gratitud hacia Ti, y que glorifiquemos tu santo nombre no solamente con nuestros labios sino también con nuestras vidas consagradas a amarte a ti y al prójimo. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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