Skip to content

Meditación - 2021 septiembre 30

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 8:18–9:11, 1 Timoteo 3:1–7)

DIOS NO NOS HA OLVIDADO

Pero Sión dijo: «El Señor me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí.» «¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!

—Isaías 49: 14–15

¿Alguna vez escuchó la noticia de que se encontró un niño abandonado por sus padres? Los niños de corta edad necesitan mantener contacto visual con la persona que lo cuida. Apenas esa persona desaparece de su vista el niño comenzará a llorar. El niño llora porque siente la desolación de sentirse abandonado. Nacemos así, con esa idea en mente. En la gran mayoría de las veces el niño llora en vano, pues sus progenitores lo aman y no quieren abandonarlo. Pero cuán desolador es cuando el abandono es real. Ese niño queda expuesto a una vida carente del cariño de sus progenitores. En ciertas ocasiones, nosotros los seres humanos, hemos sentido que Dios nos ha abandonado. En el pasaje de la meditación de hoy el Señor afirma que él no abandona a su pueblo. Entonces, ¿Por qué sentimos la desolación como si Dios nos hubiera abandonado?

Esa sensación nace en nuestro temor de quedar desamparados. Es el resultado de nuestra naturaleza pecaminosa que está inclinada a escuchar las mentiras del diablo. Satanás quiere que vivamos angustiados pensando que nos irá muy mal pues Dios no se acordaría de nosotros y no haría nada a nuestro favor. No es saludable seguir escuchando al diablo. Porque la verdad es muy diferente. Tal como lo dijo el apóstol Pablo: « El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? […] Estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.» (Romanos 8:32, 38–39)

Sí, la obra redentora que Cristo hizo por nosotros es la prueba definitiva del amor de Dios por nosotros: «Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Romanos 5:8). Su amor es eterno y no cambia. En gratitud vamos a querer confiar en sus promesas.

Oración:

Concédeme, Señor, el querer mantener mi mirada en ti y en tu obra redentora, de manera que en mí haya tal convicción y gratitud que me mueva a compartir el evangelio a los demás, revela en mi vida el amor que tú me has mostrado en tu Hijo. Te suplico me santifiques en la verdad de manera que no preste atención a las mentiras del enemigo sino que sea afirmado en la verdadera fe por tus medios de gracia. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos