(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 1, 2 Tesalonicenses 2:1–5)

COMÓ CONSEGUIR FE GENUINA SIN MAYORES PROBLEMAS

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.

—Romanos 10:17

Así como los recién nacidos necesitan el amor y la leche de su madre, los creyentes necesitamos la fe genuina, no solamente para ser salvos de la condenación eterna sino también para permanecer en la gracia divina. ¿Cómo así?

La salvación de la condenación eterna es gratuita, por gracia. Esto significa que somos salvos por causa de la gracia de Dios gracias a los méritos de Jesucristo como nuestro sustituto. Pero los beneficios de esta salvación nos son aplicados por medio de la fe. La fe genuina no es la causa de nuestra salvación sino el medio que nos otorga la salvación. La fe genuina en el corazón del creyente lo motiva a esa a querer conocer la Palabra de Dios y a hacerla su alimento diario. Si tenemos una fe débil o hasta una fe muerta la única manera de fortalecer o renovar nuestra fe es a través de los medios de gracia establecidos por Jesucristo. Por medio de esos medios, el Espíritu Santo nos imparte el don de la fe. los medios de gracia son el evangelio anunciado y los sacramento: el bautismo y la cena del Señor. Recibimos el bautismo sólo una vez pero el evangelio y la cena del Señor en muchas más oportunidades. Al recibir el mensaje consolador del evangelio: «para perdón de tus pecados» nuestra fe crece y es fortalecida. No hemos sido los mejores administradores de los medios de gracia por eso merecemos toda la ira eterna. Pero Cristo pagó nuestra culpa y compró con su sangre nuestro perdón. En gratitud vamos a querer apreciar los medios de gracia pues nos imparten vida.

Oración:

Señor, pecador he nacido y lo único que puedo hacer es ofenderte, pecar contra ti y merecer toda tu ira. Confieso que no he apreciado perfectamente los medios de gracia y tampoco he procurado alimentar mi alma para haber madurado en la fe. Por los méritos de tu Hijo conviérteme, y seré convertido. No hagas conmigo conforme a mis rebeliones sino conforme tu misericordia hágase en mí conforme tus mandatos y promesas evangélicas. Amén.

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