(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 66, 2 Tesalonicenses 1:3–12)

AUMÉNTANOS LA FE

Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

— Lucas 17:5

Setenta veces siete son un total de 490 veces. Jesús había enseñado a sus discípulos como se trata con un creyente que ha pecado pero que en arrepentimiento confiesa su pecado y pide perdón. Un discípulo le pregunto si está bien perdonar la misma falta hasta la tercera vez. Pero Jesús deja claro que ese es un límite muy corto y fija el nuevo límite con la expresión “setenta veces siete” no significando 490 veces sino todas las veces que suceda. Así deja claro que quien asuma la tarea de reprender al hermano debe hacerla con la convicción de perdonar tan pronto como el pecador se arrepienta. Como resultado de esta enseñanza los discípulos con sinceridad piden al Señor: “Auméntanos la fe” pues se dan cuenta de lo difícil que es tratar correctamente con el hermano pecador. Necesitan la ayuda de Jesús para cumplir con lo que él les ha encomendado.

La respuesta de Jesús deja claro que la cantidad de fe no es lo más importante, sino la clase de fe en nuestro Dios todopoderoso. La fe genuina, por muy pequeña que sea, producirá gratitud obediente. Así guió a sus a sus apóstoles a no apoyarse en su poca fe como un pretexto para no tratar correctamente con el hermano pecador. Jesús dice que aun con poca fe, se pueden hacer grandes cosas. Si respondes con fe al perdón de Dios, entonces serás capaz de perdonar. Ellos asumieron que para poder perdonar de forma tan radical necesitarían una fe grande, Jesús les motiva a usar la poca fe que tengan. No hemos tenido la disposición para reprender al pecador con miras a proclamarle el perdón y si con la intención de solo golpearlo con la dura ley. Y aun cuando sí hemos anunciado el perdón no lo hicimos perfectamente. Por lo cual somos merecedores del castigo eterno. Fue solo gracias a Cristo que disfrutamos del perdón y la reconciliación con Dios y en gratitud vamos a querer ayudar a nuestro próximo a beneficiarse del perdón de Cristo.

Oración:

Misericordioso Señor, es gracias a Jesucristo y su obra salvífica que disfrutamos de pleno perdón, y fuimos rescatados de las tinieblas por el poder de tu palabra. Cristo se ofreció a sí mismo como el precio de nuestro rescate. Concédenos vivir en tal arrepentimiento que tengamos la disposición a proclamar el perdón a los pecadores arrepentidos reincidentes. Amén.

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