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Meditación - 2021 septiembre 17

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 63–64, 1 Tesalonicenses 5:25–28)

CREYENTES CONTENTOS

Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso.

—1 Timoteo 6:7–8

El siglo 20, al igual que los siglos que le precedieron, fue también el siglo de los uniformes. Por el traje que un individuo portaba era fácil identificar a qué se dedicaba. Los médicos usaban batas blancas y los clérigos túnicas o camisas negras. Los profesores usualmente prendas tejidas, mientras que los abogados trajes de finas telas y calzados pulcramente lustrados. Los creyentes cristianos solían usar una cruz pequeña o no en algún lugar de sus prendas de vestir. Sin embargo el traje no garantizaba que el portador sea lo que su traje decía que era. Por esto era importante reconocer que «el hábito no hace al monje». ¿Qué distingue a un creyente de un no creyente?

Jesús lo expresó de esta manera: «No se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas. (Lucas 12:29–31). Según Jesús son los paganos, los no creyentes y los creyentes con poca fe quienes están afanados por la vida cotidiana y cómo sobrevivir en ella, mientras que los creyentes gozan del cuidado amoroso del padre. Son los creyentes fortalecidos y afirmados en la verdadera fe quienes ya no viven en esa angustia pues han ocupado su mente y corazón con la palabra de Dios y no con tales preocupaciones nocivas para el individuo.

Job, fue un hombre colmado de riquezas, y que perdió todo lo que tenía. Sin embargo pudo decir: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!». (Job 1:21). El apóstol Pablo reitera el mismo pensamiento: «Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.» (1 Timoteo 6:7). El cristiano, sabiendo que las posesiones terrenales son un don de Dios para esta vida, puede decir: Alabado sea el nombre del Señor por lo mucho o poco que tengo. Este es el verdadero contentamiento y a ganancia. El creyente en Cristo está contento con lo que Dios le ha dado porque tiene la mayor riqueza posible: el perdón de los pecados gracias a los méritos de Cristo.

Oración:

Aunque merecemos tu justa ira y tu castigo, te suplicamos, ¡oh Padre de misericordia!, que perdones nuestro pecado y nuestras muchas rebeliones. Líbranos del descontento y del codiciar lo que otros presumen. Ábrenos lo ojos de la fe para apreciar tus misericordias y bondades. En todo tiempo sé Tú nuestra ayuda eficaz. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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