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Meditación - 2021 septiembre 16

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 61–62, 1 Tesalonicenses 5:12–24)

LA PREOCUPACIÓN PERTENECE A DIOS

Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?

—Mateo 6:26

El estrés ha sido señalado como el mal del siglo 20. En el nuevo siglo no ha dejado de causar los mismos estragos de siempre. Es notable el hecho de que las causas del estrés han existido por siglos y solo en los últimos 200 años sus resultados han sido notorios. ¿Por qué?

Un elemento básico del estrés es la preocupación angustiosa. La preocupación es la anticipación asumida frente a un desafío o peligro futuro. Esta preocupación puede volverse estrés cuando se llega a la conclusión de que el peligro futuro no podrá ser enfrentad-o con éxito. Muchas personas sufren tal angustia por anticipado frente a un evento que nunca llegue a suceder. Jesucristo enseña que no hay razón para estar angustiado ni para preocuparse. Invita a sus discípulos a considerar cómo Dios trata con la naturaleza y de ahí concluir que tratará mucho mejor a su pueblo. Así nos enseña dos cosas: primero: Dios tiene cuidado de su pueblo con mucha mayor dedicación que la empleada en mantener la belleza y salud de la naturaleza. Segundo: Preocuparse por cosas cotidianas es una forma de idolatría pues implica que nuestra preocupación logrará mejores resultados que la de Dios mismo. De ese modo tan sutil se manifiesta nuestra fe en nosotros mismos suponiéndonos mejores que el Padre, y así nos hacemos dioses. Por ese pecado merecemos toda la ira de Dios. Jesucristo confió plenamente en el Padre en lugar de nosotros y fue a la cruz a pagar este pecado nuestro. En gratitud vamos a querer dejar que sea Dios quien se preocupe y angustie si fuere necesario y como hijos descansaremos confiados en su cuidado amoroso.

Oración:

Señor tú has prometido conceder lo que te pidamos conforme a tu voluntad. Te suplico me concedas orar siempre conforme a tu voluntad, que yo quiera pedir aquello que tu quieres dar. Confieso que me he preocupado pecaminosamente acerca del futuro. Concédeme que deje de preocuparme y comience a ocuparme en obrar conforme a tu palabra. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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