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Meditación - 2021 septiembre 15

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 60, 1 Tesalonicenses 5:1–11)

NO TENEMOS QUE MENDIGAR AYUDA DEL SER HUMANO

He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan.

—Salmos 37:25

En los días de David muchos niños murieron de hambre tal como sucede hoy en día en muchos lugares. Entonces, ¿qué quiso decir él con las palabras de la meditación de hoy?

En los días de David, la fe del pueblo de Israel fue fortalecida de tal modo que caminó bajo la guía de la ley de Dios que establecía cómo tratar a los pobres con justicia y misericordia. Mientras Israel fue obediente, hubo suficiente comida para todos. Los hijos de los justos no tenían hambre porque los creyentes piadosos los ayudaron en sus momentos de necesidad. Pero cuando Israel se olvidó de Dios, los ricos cuidaron de sí mismos y los pobres sufrieron (Amós 2:6,7).

Los creyentes piadosos no sólo aprecian lo que el Señor les ha dado, también comparten generosamente sus bendiciones con los necesitados. No son como los malvados, que atesoran egoístamente para ellos mismos; más bien, siguen el ejemplo de su Padre celestial, que derrama sus bendiciones abundantemente, tanto sobre los buenos como sobre malos. Aunque la fe del creyente es puesta a prueba, por la maldad que ve en el mundo, él se aferra a su recta forma de vida, porque su corazón está fortalecido y animado por la palabra de Dios.

Pero cuando nos parezca que todo nos va mal oigamos lo que la Biblia nos dice: «No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.» (Filipenses 4:6). «Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. (Mateo 6.31-33)

Oración:

Bendito eres Señor Dios rey del universo que por tu inmensa generosidad y amor divino no nos abandonas sino que nos recoges y nos haces parte de tu pueblo elegido. Nos das el sustento diario a su debido tiempo. En gratitud quiero vivir el tiempo que me resta aquí en la tierra consagrado a ti. Te suplico me concedas alcanzarlo por Jesucristo, tu Hijo. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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