Skip to content

Meditación - 2021 septiembre 1

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 44:1–8, Colosenses 3:1–4)

¿PORQUE HAY AFLICCIÓN?

¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.

—Santiago 5:13

No somos un mundo feliz porque nuestra realidad económica, política y social no nos satisface. Por eso no extraña que muchas personas terminen sus festejos afligidos y embriagados para poder sobrellevar su dolor. Muchos son los que sufren por diversas frustraciones que les ha tocado afrontar. Unos padecen enfermedades que hasta pueden ser incurables. Otros carecen de medios que les permitan cubrir las obligaciones de la vida actual y subsistir ejerciendo una actividad digna y honesta. También están los que han quedado faltos de afecto y aprecio al punto que se hunden en su baja autoestima. ¿Por qué Dios permite tanto sufrimiento?

Ningún sufrimiento aquí en la tierra es tan grande como la aflicción del infierno. La Biblia nos enseña que el Señor «es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (2 Pedro 3:9). Dios permite las aflicciones de la vida presente para que nos ayuden a apreciar la magnitud del sufrimiento del infierno y el gran amor del Señor al proveer la salvación. Tal como no podemos eludir el sufrimiento tampoco podemos ser salvos por nuestra propia acción. Por eso necesitamos la acción de Dios a nuestro favor. Así como Dios, movido por su gracia, proveyó el Cordero Redentor a fin de salvarnos de la aflicción eterna, también quiere proveer el auxilio que necesitamos para afrontar la aflicción. Dios no nos instruye vencer nuestra aflicción, pero sí nos manda orar. La oración es la adoración a Dios realizada en el contexto de nuestra relación con él. En la oración descargamos en Dios todo lo que nos aflige. Pero cuando estamos afligidos, en lugar de invocar al Señor en oración, buscamos refugiarnos en la auto conmiseración o en algún vicio. Por este pecado somos merecedores del infierno. Pero Cristo oró al padre en sus momentos de gran aflicción. Lo hizo en lugar nuestro, y fue a la cruz para sufrir el castigo que merecemos por este pecado. En gratitud vamos a querer buscar al Señor en oración cuando la aflicción venga a nuestra vida para así reposar en el Señor

Oración:

Misericordioso Señor, que en la cruz del calvario demostraste de una vez por todas tu amor por nosotros, confieso que en mi viejo Adán me lamento por las aflicciones que me ha tocado atravesar, en lugar de darte gracias y confiar que todo lo que me sucede lo permites para mi bien. Perdóname tal soberbia Señor y ayúdame a ver con gratitud las aflicciones que permites en mi vida pues tu palabra me asegura que las permites para mi bien. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos