(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 14, 1 Timoteo 5:14–19)

Perseverantes como la viuda

La Palabra de Dios: Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

(Lucas 18:8)

La parábola sobre la viuda y el juez injusto que podemos leer en Lucas 18:1-8 nos enseña a ser perseverantes en la oración cuando pedimos algo a Dios. La oración es poderosa y debe ser siempre un instrumento de comunicación directa y necesaria con Dios. La viuda no se cansó y siempre fue ante el juez buscando que se hiciera justicia. Ella se veía desamparada, sin embargo, no vaciló y siempre fue ante el juez. Así debemos ser los cristianos, como la viuda.

Con esta parábola, Jesús nos quiere enseñar que debemos mantenernos en ese camino estrecho que nos llevará a la vida eterna. Sufriremos muchas pruebas, tendremos muchos enemigos, sobre todo el diablo que constantemente está al acecho, pero en oración y en Cristo firmes podemos permanecer en ese camino y entrar por la puerta estrecha que nos lleva a la vida eterna.

También nos enseña lo siguiente: al leer el versículo 7: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?”, y luego leemos el versículo 8: “Os digo que pronto les hará justicia.” Entonces pregunta Jesús, y es la mejor conexión, “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Esto hace referencia a su segunda venida. Usted se debe preguntar: ¿de qué fe estamos hablando? Es la fe de perseverancia en Cristo que nosotros, los cristianos, debemos mantener durante el tiempo que estemos aquí en el plano terrenal.

No es fácil ser cristiano en este mundo, donde vemos que, a pesar de que el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo se divulga, tristemente la maldad se aumenta a causa de ese orgullo y afán por las cosas materiales y por aquellas que no edifican nuestra alma desde el amor al prójimo y el respeto a Dios. Debemos siempre estar aferrados al Santo Espíritu, pues Cristo, que está sentado a la diestra del Padre, está preparando un lugar para los creen en Él. Por eso, debemos ser perseverantes como la viuda ante el juez injusto.

Oración:

Padre celestial, ayúdame a ser perseverante; a estar siempre en la fe, para cuando regreses nuevamente pueda llevarme a tu celestial paraíso. Amén

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