Skip to content

Meditación - 2021 octubre 31

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 35, Hebreos 1:5–14)

El elefante

La Palabra de Dios: Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Gálatas 4:7

Devoción: En internet, conocí la historia de un niño que iba mucho al circo y disfrutaba de las travesuras de un gran elefante. Un día, el niño, cuando terminó el espectáculo, apreció que el gigante animal lo amarraban de una gruesa cadena a una simple estaca de madera fijada en el suelo. El niño se preguntó, ¿por qué no escapaba el elefante si era muy simple arrancar de la tierra el trozo de madera al que está amarrado?

Nadie le supo dar una respuesta que le convenciera hasta que el sabio del pueblo le hizo entender aquel enigma. El elefante del circo no se escapaba porque estaba atado a una estaca parecida desde muy pequeño. En aquel momento, el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse pero a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era fuerte para él. Se durmió agotado, al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía hasta que un día el elefante aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Jamás intentaría escapar aún cuando su descomunal fuerza lo pudiera lograr.

Nosotros somos como el elefante de la historia. Estamos atados a una estaca que es el pecado. Para muchos es como del elefante que la creía invencible. Desde que nacemos estamos atados al pecado que cometemos en pensamiento, palabra y obra. Hemos crecido así, pues somos pecadores desde el vientre en que nos formamos como escribió el salmista. Por lo tanto, nos creemos indefensos para librarnos del pecado.

Pero hay buenas noticias. Hay una solución para desatarnos y librarnos de esa estaca que nos mantiene amarrados bajo el pecado. Jesús, nuestro Salvador, murió en una cruz de madera para lavar nuestros pecados, vencer al diablo al resucitar de entre los muertos y regalarnos, con esos actos, la vida eterna. Sí, con la luz y fuerza de Jesús, podemos librarnos del mal que nos quiere consumir en una vida oscura y banal. Jesús nos libró de toda cadena pecaminosa. Ya no somos esclavos del pecado porque somos herederos de Dios por medio de Cristo Jesús.

Oración:

Padre celestial, gracias por enviar a Jesús a salvarme de la muerte, y a desatar esa cadena pecaminosa que me quiere ver esclavo del diablo. Presérveme en la verdadera fe hasta la vida eterna. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos