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Meditación - 2021 octubre 18

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 25:15–38, 2 Timoteo 4:1–8)

Mario se escondía

La Palabra de Dios: “Así también vosotros por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”

(Mateo 23:28)

Mario, desde pequeño, siempre asistió a la iglesia todos los domingos. Con entusiasmo comenzó a trabajar a penas la edad se lo permitió. Tenía que ayudar a su madre y padre con el objetivo de aportar más en el hogar. Creció y se convirtió en un buen trabajador. En su trabajo, los jefes eran muy exigentes, pues no permitían violar la jornada de trabajo ni llegar fuera de los horarios establecidos. En ese centro laboral conoció a Eugenio. Eugenio era uno de los jefes y por lo tanto le debía respeto y siempre lo invitaba a tomar bebidas alcohólicas. En su iglesia se le tenía prohibido ingerir este tipo de bebidas, por lo tanto siempre trataba de esconderse de sus hermanos. Con el tiempo, Mario se volvió un adicto. Nunca dejó de asistir a la iglesia pero por dentro sabía que su adicción crecía y su vida se desplomaba cada día más. ¿A quién pedir ayuda?, se preguntaba a menudo.

La historia de Mario nos enseña muchas cosas. En primer lugar, que debemos siempre ayudar a nuestros padres, en segundo lugar, el hecho de tener amigos no quiere decir que hagamos lo que para ellos es común o son sus gustos, en tercer lugar, vemos como existen iglesias que hacen un abuso de la de le ley y caen en cierto legalismo, que puede dañar mucho a sus miembros. Y por último, ¿es malo ingerir bebidas alcohólicas? Por supuesto que no - lo malo está en el uso y cómo puede convertirnos en esclavo de un vicio que, sí, es un pecado. Mario se escondía, y eso lo hacía un hombre lleno de hipocresía e iniquidad. Él era cristiano solo dentro de la iglesia.

Mario aprendió la lección, gracias a Dios y su misericordia, y a Juana quien le explicó verdaderamente lo maravilloso que es ser libre en Cristo Jesús. Por amor al Señor, logró dejar el vicio. Jesús salvó a Mario de sus pecados y de su vicio.

Oración:

Padre celestial, dame fuerzas para seguir amando a Jesús y creyendo en su poder Salvador. Ayúdame a alejarme de la iniquidad y la hipocresía. En el nombre de Jesús. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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