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Meditación - 2021 noviembre 9

(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 44, Hebreos 5:1–10)

CRISTO, SUMO SACERDOTE PARA SIEMPRE

Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo: «Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado.». Y en otro pasaje dice: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.»

—Hebreos 5:5–6

Sabemos que nuestra salvación es gratuita, que no la ganamos con nuestras buenas obras ni con nuestra conducta irreprensible. Sin embargo hay otras cuestiones que inquietan a los creyentes: ¿Cómo se conserva la salvación? ¿Qué papel tienen las buenas obras después de ser salvados? ¿Puede perderse la salvación? ¿Cómo podemos estar preparados para ser hallados fieles cuando Cristo venga? ¿Cómo podemos vencer las tentaciones para dejar de pecar? Estas preguntas deben ser planteadas y respondidas por la importancia del asunto con el que tratan: nuestro destino eterno ¿Qué responde la Biblia?

Según la Biblia, nada podíamos hacer para salvarnos pues estábamos muertos espiritualmente. Todo lo que implica nuestra salvación, Dios lo hizo gratuitamente: la vida justa de Jesús cuyos méritos nos son atribuidos; su muerte vicaria pagando nuestra culpa; el resucitar nuestra conciencia con la palabras de la dura ley; el otórganos el don de la fe mediante el evangelio; y el darnos un nuevo corazón que por gratitud ama la voluntad de Dios y quiere obedecerla. Todo esto solo es posible gracias al Señor Jesucristo, nuestro sumo sacerdote ¿Cómo así?

Cada creyente en Cristo es un sacerdote del Nuevo Pacto y sirve al Señor bajo la regencia y protección de nuestro sumo sacerdote: Jesucristo. Como sumo sacerdote Jesús intercede por sus sacerdotes. Su principal petición es que no nos falte fe (Lucas 22:32) No somos salvos por nuestras obras y nuestra salvación no se conserva haciendo buenas obras. Como está escrito es «por fe y para fe» (Romanos 1:17) Nuestros pecados no nos hacen perder la salvación pero sí es posible perder la fe. Ni las oraciones ni los ayunos fortalecen la fe débil. Solo el evangelio puro puede afirmar y fortalecer la fe (Romanos 1:16; 10:17) Cuando Cristo le reveló a Pedro que le negaría tres veces, también le dijo que había orado pidiendo que no le falte la fe. Es interesante que Cristo no le dijera a Pedro que oró para que no caiga en tentación, sino para que no le falte fe. Gracias demos a Dios por nuestro sumo sacerdote que «puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.» (Hebreos 7:25)

Oración:

Señor, te doy gracias por Jesucristo, nuestro sumo sacerdote porque sin su intercesión no puedo perseverar en la verdadera fe, que enseña que tu Hijo fue mi sustituto cuando obedeció tu voluntad perfectamente en lugar de mí y que murió para pagar mi culpa. Amén. (1 Corintios 2:1,2)

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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