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Meditación - 2021 mayo 9

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 119:121–144, 1 Corintios 12:22–31)

¡NO ES CIERTO!

Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

—Génesis 3:4

En la última semana de su ministerio terrenal, Jesucristo profetizó que una de las señales de que el fin del mundo se acerca sería la proliferación de las guerras y de los rumores de guerra cuando dijo: «Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin.» (Mateo 24:6). Por el versículo siguiente sabemos que se refería a guerras entre las naciones. Sin embargo, más adelante habla de otro tipo de guerra, la guerra espiritual que la iglesia tendrá que enfrentar desde el tiempo de la abominación desoladora hasta su venida (Mateo 24:9–31) ¿Cómo así?

Según Jesucristo la abominación desoladora comienza cuando los ejércitos de roma rodeen la ciudad de Jerusalén (Cf. Mateo 24:15; Lucas 21:20-24) Eso sucedió el año 70 d.C. y desde entonces la iglesia batalla espiritualmente contra la falsa doctrina, la mentira de Satanás. Esta guerra se inició en el Edén cuando el diablo le dijo a Eva: «¡No es cierto!». Desde entonces a cada enseñanza de la Santa Escritura el malvado sigue diciendo: «¡No es cierto!». Cuando la Biblia dice: «todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.» (Romanos 3:28), el diablo responde: «¡No es cierto!, es por la fe más las buenas obras». Cuando la Biblia dice: «Porque, así como por la desobediencia de uno solo [Adán] muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo [Cristo] muchos serán constituidos justos.» (Romanos 5:19), el diablo responde: «¡No es cierto!, la obediencia de Cristo no es suficiente, el hombre tiene que hacer su parte». Puesto que el diablo es un mentiroso desde el principio, nosotros en gratitud al amor de Cristo por el que nos salva gratuitamente vamos a querer cerrar nuestros oídos a las palabras de los ministros de Satanás y vamos a querer conservar la doctrina bíblica pura combatiendo contra quienes la distorsionan (Judas 3)

Oración:

Señor, aunque no lo merezco, con tu justa vida me salvaste gratuitamente. Te suplico que mi vida entera esté consagrada a ti, Señor; que a mis manos pueda guiar el impulso de tu amor. Que mis pies tan sólo en pos de lo santo puedan ir: y que a ti, señor, mi voz se complazca en bendecir. Que mis labios al hablar, hablen sólo de tu amor. Que mis bienes dedicar yo los quiera a ti, señor. Que mi tiempo todo esté consagrado a tu loor. Que mi mente y su poder sean usados en tu honor toma, ¡oh Dios!, mi voluntad, y hazla tuya nada más; toma, sí, mi corazón y tu trono en él tendrás. Amén. (CC255)

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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