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Meditación - 2021 mayo 28

(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 1, 2 Corintios 1:1–2)

«¡ABBA! ¡PADRE!»

Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»

—Romanos 8:15

En el pasado, existía una mentalidad esclavista que no ha desaparecido del todo. Esta mentalidad sostenía que, puesto que una gran mayoría de los seres humanos se dedicaba al trabajo físico no era necesario para ellos cultivar el intelecto. El cultivo de los conocimientos y capacidades intelectuales llegó a estar reservado para un pequeño sector que podía vivir sin trabajar. Nuestro vocablo «escuela» proviene del griego «scolé» que significa «ocio» La Biblia nos es clara en cuanto a que no es la voluntad de Dios que los cristianos sean esclavos ¿implica eso que se dediquen al ocio?

En el pasado era común que una familia esté formada no solamente por los padres y los hijos sino también por los criados. Los criados eran personas que disfrutaban vivir en esa familia, pero carecían de los beneficios de ser hijos. A veces, cuando ya eran adultos, podían ser adoptados como hijos e incluso herederos. Pero eso no era lo común. El pasaje de la meditación de hoy habla de que Dios no nos incorpora a su familia como esclavos / criados, sino como verdaderos hijos, al punto de que podemos usar el nombre «Abba» para invocar al Padre. Abba es una palabra respetosa pero muy íntima similar al «Papito» cariñoso que usan los niños de hoy. Sin embargo, al igual que un Padre responsable, Dios quiere que sus hijos cultiven destrezas manuales como intelectuales: «El que no quiera trabajar, que tampoco coma.» (2 Tesalonicenses 3:10). Pero también quiere que entrenemos el intelecto sujetando nuestra razón bajo la autoridad de las Santas Escrituras (Hebreos 5:11–14). Jesucristo se capacitó en el oficio de albañil (el griego tecto, incluye habilidades de carpintero cf. arquitecto) y también en el conocimiento de las Santas Escrituras no dio lugar en su vida al ocio y murió en la cruz pagando nuestro pecado. En gratitud vamos a querer cultivar nuestras capacidades manuales e intelectuales para gloria del Señor.

Oración:

Aunque merecemos tu justa ira y tu castigo, te pedimos, ¡oh Padre de misericordia!, que perdones nuestro pecado y nuestras muchas rebeliones. En todo tiempo sé Tú nuestra ayuda eficaz. Bendice también los frutos de la tierra para que a su tiempo podamos gozar de ellos. Da prosperidad a todos cuantos se ocupan en algo útil en tierra, aire o mar, a los que se consagran a las bellas artes o a la enseñanza, y cólmalos de tus bendiciones. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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