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Meditación - 2021 mayo 27

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 149–150, 1 Corintios 16:13–24)

¡ALELUYA! ¡ALABADO SEA EL SEÑOR!

¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

— Salmo 150:6

Se ha preguntado usted alguna vez ¿dónde debe ser alabado el Señor, por qué debe ser alabado, cómo, y quién debe alabarlo? Si no lo ha hecho todavía, hoy es el momento de hacerlo y de conocer la respuesta bíblica.

El salmo de la meditación de hoy es el último del Salterio. Finaliza con un gran ¡Aleluya! Este Aleluya final resulta una conclusión poderosa para todo el libro de los Salmos. En concreto este deja claro dónde debe ser alabado el Señor, por qué debe ser alabado, cómo, y quién debe alabarlo.

¿Dónde debe ser alabado el Señor? «Alaben a Dios en su santuario, alábenlo en su poderoso firmamento.» Puesto que «su santuario» se refiere a la tierra y «poderoso firmamento» al cielo, está claro que Dios debe ser alabado en todo lugar, tal como lo ensenó Jesús en Juan 4: 21–24

¿Por qué debe ser alabado? Por su obra de Creación y de Redención. Esto implica la gratitud del creyente hacía Dios tanto por haberlo creado como por haberle salvado.

¿Cómo debe ser alabado? El Señor debe ser alabado con gozo. La música de Israel era gozosa y llena de entusiasmo. El salmista menciona una variedad de instrumentos musicales, y expresiones de gozo como la danza y el vibrar de los címbalos resonando júbilo. Todo eso muestra que la alabanza a Dios es franca, expresiva y está lejos de ser tímida.

¿Quién debe alabarlo? Todos están invitados a alabar al Señor. Por medio de Cristo, Dios lo ha hecho posible. Por causa de nuestra naturaleza pecadora no hemos alabado al Señor perfectamente (Mateo 5:48) Por eso somos merecedores de toda la ira de Dios. Pero Cristo vino para obtener nuestro perdón. Lo hizo cuando alabó a Dios perfectamente en lugar nuestro y fue a la cruz a padecer el castigo que merecemos. En gratitud vamos a querer unirnos a esa gran multitud que le alaba en los cielos. Es un gozo el poder hacerlo. Alabemos al Señor.

Oración:

Gracias Señor, has cambiado mi lamento en baile; me quitaste la ropa áspera y me vestiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, ¡te alabaré para siempre! Amén. (Salmo 30:11–12).

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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