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Meditación - 2021 mayo 23

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 144, 1 Corintios 15:39–46)

EL PODER DEL EVANGELIO

El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida.

—Juan 6:63

¡Yo declaro bendición sobre este planeta, mucha abundancia y el fin de la pobreza mundial! ¿Ha escuchado usted esta clase de declaraciones? ¿Logran algo bueno?

Si fuera posible cambiar las cosas con tan solo decretarlo, ya se habrían acabado los problemas del mundo. Pero la palabra del hombre no tiene tal poder. La única palabra que tiene poder es la Palabra de Dios, la Biblia ¿Cómo así?

Tal como está escrito: «Por la palabra del SEÑOR fueron creados los cielos» (Cf. Salmos 33:6; Hebreos 11:3) el poder de la palabra de Dios es tan grande como para crear el universo. El Génesis nos narra con gran detalle como Dios creó los seres vivos del planeta con tan solo dar la orden. Sí, la palabra de Dios es poderosa porque procede de Dios. Jesucristo sanó enfermos, calmó la tormenta y resucitó muertos con su palabra, siendo Dios su palabra es poderosa.

Los seres humanos no somos dioses y por esto nuestra palabra no tiene el poder que le atribuyen algunos. Sin embargo, eso no significa que no podamos ser testigos del poder de la palabra de Dios obrando sobre la naturaleza y sobre la humanidad. Cuando Dios dijo: «¡Que exista la luz!» no solo dio origen a la luz que llegó a existir aquella vez. Esa misma orden sigue haciendo que ahora haya luz y cada cosa que fue creada. Tal como lo dice la Biblia: «El Hijo […] sostiene todas las cosas con su palabra poderosa.» (Hebreos 1:3). Dios, el Espíritu Santo nos da convicción de pecado con el poder de su palabra (ley moral) y nos resucita a la vida espiritual con el poder del evangelio dándonos perdón, fe salvadora y vida eterna (Romanos 1:16, 10:17) Jesús mandó a la iglesia bautizar y celebrar la cena del Señor «para perdón de pecados» y esa palabra sigue siendo efectiva, porque el Espíritu Santo obra en esa palabra, tal como Jesús lo afirma el texto de la meditación de hoy.

Oración:

Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado, me hizo parte del Israel de Dios y me guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. En esta iglesia cristiana diaria y completamente él me perdona a mí y a todos los creyentes todos los pecados. Y en el último día me resucitará a mí y a todos los muertos. Y nos dará vida eterna a mí y a todos los que creen en Cristo. Esto es ciertamente la verdad. Por eso estoy agradecido, pues grande es tu misericordia. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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