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Meditación - 2021 mayo 18

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 136, 1 Corintios 15:6–10)

¿ES POSIBLE CREER EN VANO?

Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,

—1 Corintios 15:1–3

Muchos creyentes se han planteado una importante pregunta que requiere una respuesta seria y con sólido respaldo bíblico: ¿Es posible perder la salvación?

Hay quienes afirman que una vez salvo, el cristiano no puede perder la salvación. También hay quienes enseñan que tan pronto el cristiano es salvo necesita vivir santamente y además orar y ayunar mucho para no perder la salvación. Pero la Biblia enseña diferente a esas dos posturas. Primero enseña que nadie puede ganar la salvación con su propio esfuerzo, ni sus buenas obras. Cristo ganó la salvación de todos con sus propios méritos y su sacrificio en la cruz y ahora la otorga gratuitamente a los pecadores que están desesperados porque comprenden que han pecado contra Dios y por eso son merecedores de la ira eterna y que nada pueden hacer para remediarlo. Este perdón ofrecido gratuitamente, también es otorgado gratuitamente por medio de la fe. Por medio de la buena noticia del perdón de los pecados, el Espíritu Santo crea fe en el pecador y por medio de esa fe recibe el perdón y la vida eterna. Y así, como el pecador nada hizo para llegar a ser salvo, tampoco nada puede hacer para mantenerse siendo salvo. El mismo Espíritu Santo que le dio la fe es el único que tiene el poder de conservarlo en la fe. Se pierden todos los que pierden la fe porque sin fe no hay salvación. La fe salvadora es la confianza sobrenatural que Dios crea en el corazón del creyente y que le hace vivir confiado en que los méritos de Cristo son suficientes para salvarlo y para mantenerlo salvo. Desde el momento en que una persona comienza a confiar en que es salvo por la fe y por algo más que él mismo hace ya comenzó a perder la fe salvadora. Nuestras buenas obras no nos ayudan a permanecer salvos. Tampoco el decir que uno es salvo, la salvación no es una confesión positiva de autosugestión. Una persona salva continuamente reconoce que todavía es pecador y que no merece el cielo y le da la gloria solo a Cristo por su salvación, y en gratitud quiere vivir santamente.

Oración:

Señor, aunque no lo merezco, con tu justa vida me salvaste gratuitamente. Te doy gracias Señor que por tu evangelio me diste perdón de pecados y vida eterna gracias a tus méritos pues obedeciste perfectamente la voluntad de Dios en lugar de mí y en la cruz sufriste el castigo que yo merezco. Cuando yo huía de ti, me buscaste para darme la salvación y me la diste cuando el Espíritu Santo obró en mí fe y vida nueva por el poder de tu evangelio. Te suplico, por tus medios de gracia, afírmame en esa misma fe salvadora para la vida eterna. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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