(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 79, 1 Corintios 1:10–17)

Morir para dar fruto

De cierto, de cierto os digo que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere, lleva mucho fruto.

Juan 12:24

Durante nuestra etapa de escuela nos enseñan el ciclo de vida de las plantas. Nos enseñan con un frijol que ponemos en un frasco con algodón húmedo, donde vemos como el frijol germina para ser ahora una planta que dará fruto, un proceso que normalmente pasa con toda semilla que es puesta en el suelo, muere la semilla para poder dar fruto.

Ya estamos en la Semana Santa, en esta semana encontramos los momentos más duros de la obra de nuestro Señor Jesucristo, dentro de dos días el estará sufriendo al ser azotado y llevado hasta la cruz para entregar su vida, en nuestro texto, Jesús se compara con un grano de trigo, no daría fruto en su Misión a menos que el muriera, sin su muerte por los pecados, toda su predicación y sus señales milagrosas no tendrían sentido, los pecados no estarían pagados y la salvación de todos nosotros no existiría. Pero con su muerte, todo aquel que Dios le ha dado la fe, recibe los beneficios de su obra, recibimos el perdón de pecados y la salvación.

Nosotros somos los frutos de su muerte, nosotros que no merecemos nada de Dios, que solo merecemos la condenación eterna en el infierno, ahora somos parte de la vida que ha ganado Cristo al morir en la cruz, somos parte de su cosecha, hemos muerto con Él, para vivir con Él eternamente en los cielos. ¡Qué gran cambio tenemos por su muerte! Pasamos de ir al infierno, a ir a los cielos, de no ser nada a ser su cosecha espiritual, y en agradecimiento queremos compartir su vida con los que aún no lo conocen, para que más personas disfruten de la vida que nuestro Señor Jesucristo ha ganado por todo el mundo.

Oración:

Bendito Padre, te agradezco porque soy parte del fruto que logró tu Hijo con su muerte, concédeme el arrepentimiento continuo de mis pecados y la confianza de mi Salvación, y dame el denuedo para compartir esa salvación con más personas, y puedan ser parte de la cosecha de tu Hijo Jesucristo, mi Señor. Amén.

Lea el Capítulo Completo Aquí