(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 78:15–31, Romanos 16:9–16)

¡Sálvanos por favor!

Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo, y clamaban: —¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

Juan 12:13

Por favor, es una expresión que usamos mucho para pedir la ayuda de alguien de una forma educada, y es una muestra de que en realidad necesitamos esa ayuda que pedimos.

Hoy es Domingo de Ramos, vemos a través de las Escrituras a nuestro Señor Jesucristo entrando triunfalmente a Jerusalén; la gran cantidad de gente que llegaba para la Pascua se entera de la llegada de Jesús y se preparan para recibirlo, cortan ramas de palmas y le reciben como verdadero Rey que es, clamaban a gran voz con las palabras del Salmo 118 diciendo ¡Hosana! que significa ¡Sálvanos, por favor! Y ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Toda la multitud estaba confesando que ese hombre que entraba humildemente a Jerusalén, montado en un burrito era el enviado de Dios para dar la salvación a todo el pueblo, por eso el ruego ¡Sálvanos, por favor! Porque sólo Jesús era capaz de hacerlo, él era el verdadero Rey de Israel, y como tal fue recibido por su Pueblo.

Este cántico ¡Hosana! Era usado por los judíos cuando se disponían a sacrificar el cordero de la Pascua, ya que era un símbolo de que en el cordero estaban los pecados de quien lo ofrecía, y así los pecados eran castigados en el cordero, No es casualidad que esta petición fuera aclamada cuando Jesús entro en la ciudad, Él era el Cordero de Dios, que sería sacrificado por el pecado del mundo entero; iba camino a entregar su vida pocos días después.

Jesús es el verdadero rey que necesitamos, un Rey que va y pone la cara frente a la muerte para rescatar lo que se había perdido, estos somos todos nosotros, tú y yo, estábamos perdidos por nuestros pecados, nos unimos a la multitud y gritamos con gozo ¡Hosana! ¡Sálvanos, por favor! Solo tú puedes hacerlo, ¡Te necesitamos! Necesitamos tu sacrificio, necesitamos tu obediencia perfecta, Tú eres nuestro verdadero y único Rey.

Oración:

Bendito Padre, que enviaste a tu Hijo a tomar nuestra carne y en humildad entregar su vida, permite que podamos agradecer la salvación que logró por nosotros y aclamarle ¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

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