(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 66, Romanos 12:10–21)

Aún no es hora

Intentaron otra vez prenderlo, pero él se escapó de sus manos.

Juan 10:39

Los seres humanos, la mayoría de las veces, estamos regidos por el tiempo. Utilizamos calendarios, reloj, etc. todo para poder tener cierto control de lo que haremos en nuestro tiempo. Tenemos fechas especiales de vacaciones o de cumpleaños, tenemos un horario de trabajo, todo en este mundo tiene un tiempo, como dice la Palabra: “Todo tiene su tiempo y su hora” (Eclesiastés 3:1).

Nuestro Señor Jesucristo acaba de declarar su divinidad ante los judíos, para ellos esto es una blasfemia, y han querido apedrearlo sin lograrlo. Nuevamente Jesús se dice uno con el Padre y hace las cosas del Padre; y ahora intentan prenderlo, pero Jesús se escapa de sus manos, no nos dice como lo hizo, pero lo hace. Podríamos cuestionar y decir: Si su meta era dar la vida por el mundo ¿Porque no dejar que fuera en ese momento? La respuesta es simple, aún no había llegado la hora de entregar su vida por el pecado del mundo. Él sabe el tiempo que es el correcto. Él sabe que aún no ha llegado su hora.

Nosotros, muchas veces queremos adelantar las cosas, aun cuando no se hora. Esto lo vemos muy a menudo en nuestras oraciones, donde pedimos por una recuperación pronta de una enfermedad, pedimos que Dios no se tarde en cumplir nuestras peticiones. Pero Dios sabe cuándo es el tiempo correcto, y si lo que pedimos es de beneficio o nos perjudica, pero nosotros creemos saber más que el creador del universo.

En nuestro pecado pensamos saber más y mejor que Dios, aún creemos que merecemos algo de Él, pero no merecemos más que la muerte por nuestros pecados. Sin embargo, cuando llegó el tiempo, Dios envió a su Hijo. Cuando llegó el tiempo, nuestro Señor Jesucristo se enfrentó cara a cara con la muerte, y más aún cargando todos los pecados, cargando con nuestro orgullo y desesperación, para que nosotros seamos perdonados de nuestros pecados y alcancemos la vida eterna que Él ha ganado por nosotros.

Oración:

Bendito Padre, gracias por enseñarme que tú sabes cuándo es el mejor tiempo para todas las cosas, ayúdame a no desesperarme y confiar en lo que haces por mí. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén

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