(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 50, Romanos 9:30–33)

No estoy solo

Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.

Juan 8:29

Una de las cosas que a mucha gente le asusta es la soledad, esto por diferentes circunstancias, la necesidad de interactuar con alguien más, el que suceda algo y no podamos solucionarlo. Para muchas cosas es necesario al menos ser dos, aun para el inicio de una familia se necesitan padre y madre. Aun la Palabra de Dios nos dice que es mejor dos que uno, porque si uno cae, el otro lo levanta, pero ¡hay del solo! Porque si cae no habrá quien lo levante (Eclesiastés 4:9-10)

Nuestro Señor Jesucristo nos dice que él no está solo, ya que quien lo envió, el Padre, está con él. Durante su obra en este mundo, muchos estarían en su contra, algunos de ellos como los escribas y fariseos, estarían buscando algún motivo para condenarlo, menospreciarlo y exhibirlo delante de todos, pero no logran hacerlo, ya que no encuentran errores en su vida y en sus palabras, ya que como nos dice “Siempre hace lo que al Padre le agrada” algo que ellos no logran hacer. En la actualidad, aun hay personas que quieren menospreciar a Jesús, algunos diciendo que solo fue un gran hombre, o un gran profeta, pero que no es Dios, o aún buscan aparentes errores en su Palabra para tratar de evidenciarlo, pero no lo logran, en sus Palabras no hay error, su vida es perfecta.

Nosotros no hemos hecho siempre lo que a Dios le agrada, como Jesús sí lo hizo. Muchas veces hemos menospreciado a Jesús, merecemos la muerte en el infierno; pero al contrario, Dios nos da la fe, y nuestro Señor Jesucristo nos da su vida perfecta como si fuera nuestra, para que delante del Padre, seamos vistos como alguien que hace siempre lo que le agrada, pero aún más, también nos da la promesa de estar siempre con nosotros, así que tampoco estamos solos, nuestro Señor Jesucristo está siempre con nosotros.

Oración:

Bendito Padre, gracias por enviar a tu Hijo, gracias porque me has perdonado mis pecados aun cuando no hago siempre lo que te agrada, pero ahora ves la vida perfecta de tu Hijo en mi. Amén.

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