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Meditación - 2021 junio 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 20:1–12, 2 Corintios 10:8–11)

La recompensa

“Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas”

Mateo 7.12

¿La palabra solidaridad aparece en los evangelios? Por supuesto que no, porque es una palabra moderna. No obstante, los evangelios son una constante invitación a su práctica, como expresión de amor universal que proviene de Dios.

Este principio, esa invitación se puede leer claramente en la cita que inicia esta devoción. En la misma, podemos apreciar cómo Jesús resume el Antiguo Testamento con una premisa sagrada. Nuestro Salvador, nos invita a la solidaridad, o lo que es lo mismo, ponernos en el lugar del otro, del otro que es nuestro prójimo, como si fuéramos nosotros mismos, haciendo con ese otro, con el prójimo lo que uno desearía que le hicieran. Pero es una tarea muy compleja, pero no difícil, solo debemos renunciar al egocentrismo, al individualismo, debemos considerar que los demás merecen nuestra atención y ayuda y estamos entrelazados como prójimos.

“Ahora bien, a vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica; a todo el que te pide, dale, y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. O sea, tratad a los demás como queréis que ellos os traten”. (Lucas 6. 27-31) Para muchos, este pasaje del evangelio puede parecer un sueño o una utopía, pero ahí radica el secreto, hay que tender amor, un amor que no aparta a nadie ni siquiera a esas personas que nos puedan maltratar o hacer daño, ese amor del que habla Jesús es tan solidario hacia nuestro prójimo que no espera recompensa alguna, ese amor surge del amor que Jesús mostró al morir por nosotros, nos dio un regalo de amor, fue tan solidarios que no le importó renunciar a su vida por nosotros. ¡Que amor tan grande y hermoso¡, sin medida, solo amor solidario y del bueno, ese amor nos debe inspirar para ser solidarios con nuestros prójimos, porque sin duda la recompensa será grande ante los ojos de Dios.

Oración:

Padre celestial, ayúdame a siempre amar con solidaridad, sin importar las cosas materiales y los defectos de mi prójimo, y que pueda hacerlo de manera desinteresada. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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