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Meditación - 2021 junio 19

(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 18, 2 Corintios 9:7–15)

Bienaventurados los mansos

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Mateo 5:5

La humildad que describe nuestro Salvador en este versículo de las Sagradas Escrituras no es un llamado a ser mansos como una forma de caridad, ni tampoco nos exhorta a quedar callados ante la humillación de la cual podamos ser víctimas y, para nada, significa que tengamos un carácter débil. Si asumimos una vida cristiana de débiles estaríamos engañándonos, porque necesitamos ser hombres llenos de mansedumbre para ser firmes en Cristo y soportar las pruebas que nos esperan en ese camino estrecho y difícil que, frecuentemente, es parte de la vida cristiana.

Un ejemplo de mansedumbre fue Moisés, como se describe en Números 13:3. Ese hombre manso y de pocas palabras fue elegido por Dios para sacar a su pueblo de esa esclavitud. Ese hombre manso escuchó las palabras de un pueblo renegado por no tener que comer en aquella travesía hacia la tierra prometida, Moisés fue conocido por Dios como un hombre humilde, manso y lleno de mansedumbre. Pero el ejemplo perfecto que nos debe guiar es el del propio Jesús, Él se describe manso y humilde (Mateo 11:29), esta mansedumbre no es una cualidad humana que llevamos como forma natural sino que debe pasar por pruebas, dolores, tribulaciones que harán que esa mansedumbre florezca de manera bella en nosotros. Eso nos llevará ser hombres cuya fuerza proviene de Dios, seremos sabios guerreros ante las adversidades, fuertes espiritualmente, siendo capaces de oír la voz de nuestros Dios y obedecer sus mandatos sin murmurar.

Para muchos, será difícil ser mansos, y llevar una vida de mansedumbre, pero es necesario porque somos cristianos y nos mueven las enseñanzas de Jesús, la fe, el Espíritu Santo. Actuar con mansedumbre significa también predicar el evangelio porque eso hace que otras personas también se puedan salvar. La mansedumbre nos guía por la senda de salvación porque sabemos que con amor y siendo mansos la recompensa de la vida eterna nos llenará de alegría: la muerte no se apoderará de nosotros.

Oración:

Padre celestial, te doy gracias por enseñarme a ser manso. Dame la fuerza para continuar siéndolo como tu deseas, lo pido en el nombre de Jesús. Amén

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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