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Meditación - 2021 junio 17

(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 16:14–33, 2 Corintios 8:15–24)

Transformó al mundo

"Si uno dice: «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano."

1 Juan 4, 20-2

En el tiempo de Jesús, existían muchos grupos sociales, religiosos, políticos, por lo que era normal que se ayudarán entre los miembros del grupo. Pero la relación entre ellos no era tan sencilla ni abierta. Existían conjuntos que se calificaban de impuros, con los cuales no se podía mantener en contacto. La solidaridad, como forma de relación y convivencia, de interés, cuidado y ayuda mutua entre los integrantes del grupo, era muy fuerte. Esto traía, como consecuencia, que existiera el egoísmo muy marcado, que llevaba a despreciar a quienes no pertenecían al grupo de uno. Quizá nuestra sociedad no está muy lejos de esa realidad. En un mundo muy global y diverso, en cuanto a ideologías y creencias, existe en la actualidad este tipo de situaciones que también sucedieron en el tiempo de nuestro Salvador.

En una canción, escuché la historia de un niño que, en su comunidad, existía una señora que se llamaba Carlota y, como le molestaba que él jugara con su pelota, le ponchó más de diez, la señora era cristiana. Triste historia porque eso marcó la vida de aquel niño. Es muy importante ser cristianos desde el amor y la paciencia, sobre todo en un mundo marcado por egoísmo e interés propio.

Ser cristianos es una actitud que debemos asumir con responsabilidad. No se puede amar a Dios o creer en Cristo Jesús, nuestro Salvador, que murió en una cruz de madera para perdonar nuestros pecados y salvarnos, y estar en riña con nuestro prójimo, nuestro compañero de trabajo, nuestro hijo, nuestra esposa, nuestro tío. Debemos dejar el velo de orgullo y, en oración y amor, reconciliarnos con el hermano. Amar es el mayor mandamiento que Dios nos ordena, porque el amor transforma, el amor de Dios a través de Jesús transformó al mundo, sigamos pues transformando con el amor de Dios.

Oración:

Padre celestial, perdona mis ofensas a ti y mis hermanos. Dame la fuerza y voluntad para amar a mis enemigos y no pelearme con mi prójimo. Todas estas cosas te las pido en el nombre de tu Hijo amado Cristo Jesús. Amén

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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