(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 15, 2 Corintios 8:1–7)

Lo agradecidos

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Romanos 8:28

La mayor forma de adoración que puedes hacer, es dar gracias a Dios ya que al ser agradecidos reconocemos que Dios es la mejor fuente de juicio y bendición, lo cual debemos reconocer desde la humildad.Con un corazón agradecido, podemos expresarnos en medio de cualquier circunstancia en las que nos podamos encontrar expresiones como “Gracias Dios mío” o “Alabado sea Dios.” Ese tipo de reacción deber verse más allá del momento, más allá del dolor, porque una actitud agradecida nos permite tratar con quienes nos hacen mal, diciéndoles esas bellas y amorosas palabras de José: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien.” (Génesis 50:20).

El camino de Dios es el bien, con el bien se triunfa, con amor se triunfa, por amor Dios envió a su Hijo para que podamos creer en su evangelio y obtener como regalo la vida eterna. Se trata de un plan maravilloso lleno de amor, solo nos pide que creamos en sus Primogénito y con ello recibamos un espacio de felicidad en el paraíso, creer solo creer, pero creer desde el amor, la paz, la solidaridad.

Olvidarnos de agradecer a Dios por el hoy, la mañana y el futuro, sería un terrible error. Muchos lo cometen, es por ello que el mensaje de Salvación de nuestro Salvador debe ser divulgado de manera coherente, y en amor debemos sumar más almas al reino de nuestro Dios, Dios nos ama sobremanera y debemos ser agradecidos con ello.

Si somos agradecidos a Dios, lo podemos ver y sentir en todas partes. Debemos agradecerle también por aquellos tiempos difíciles donde no sabíamos qué rumbo escoger y el Diablo nos empujaba hacia un abismo de perdición, también agradecer por una grave enfermedad, un matrimonio difícil o un trabajo complejo, convencidos de que Dios usará esas tribulaciones para nuestro bien y su Gloria. El dolor perfecciona nuestra alma, confirma que no estamos solos, fortalece nuestra alma y cuerpo y establece en nosotros el amor redentor de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Los agradecidos creemos en Jesús.

Oración:

Padre celestial, gracias por tus obras, tus planes para con nosotros, ayúdanos a agradecerte siempre tu amor y misericordia, ayúdanos a soportar las pruebas y tribulaciones terrenales estando firmes en tu hijo amado Cristo Jesús. Amén

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