(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 6, Efesios 3:14–21)

CUANDO LA PIEDAD ES UNA GRAN GANANCIA

Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos.

1 Timoteo 6:6–8

Pablo acababa de señalar que era equivocado hacer de la «piedad» una fuente de riquezas materiales. También hemos constatado que cuando dijo que la piedad es «gran ganancia» no se estaba contradiciendo, pues la gran ganancia de la verdadera piedad no es la riqueza material sino la espiritual. ¿Cómo así?

La verdadera piedad es la fe en el Señor Jesús junto con el tipo de vida que la fe produce. Eso trae contentamiento, que es lo opuesto del descontento y de la codicia. El mundo hace que surjan el descontento y la codicia, mientras que el Señor obra la fe y el contentamiento

Así como en el caso de Job, siendo un hombre de riquezas, perdió todo lo que tenía, y sin embargo pudo decir: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!» (Job 1:21). Pablo repite el mismo pensamiento: «Porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar”. El cristiano, sabiendo que las posesiones terrenales son un don de Dios para esta vida, puede decir: Alabado sea el nombre del Señor por lo mucho o poco que tengo. Este es el verdadero contentamiento y esta es la ganancia de la piedad. Pues contar con los méritos del cordero de Dios a favor nuestro es la mayor riqueza que pueda hacer. Quién tiene a Cristo lo tiene todo. Pero al que le falta Cristo le falta todo. En gratitud vamos a querer ser ricos en Cristo.

Oración:

Gracias Señor por tu misericordia insondable y por la oportunidad de gracia que nos ha concedido para conocer la salvación y también para disfrutar de comunión cristiana viviendo en toda piedad mientras esperamos la gloriosa venida de Jesucristo. Concédenos crecimiento en la iglesia tanto en número como en fe y devoción a fin de ser encontrados entrenados y capacitados para servirte. Amén.

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