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Meditación - 2021 julio 26

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 2:5–22, Efesios 2:11–22)

EL PELIGRO DE PRACTICAR UNA FALSA PIEDAD

Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, […] Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!

2 Timoteo 3:1–2,5

«¡Conozco mucha gente que se porta mejor que cualquier creyente!», ¿Ha escuchado usted alguna vez esta afirmación? Yo, sí. Debo admitir que existen personas que no quieren tener nada que ver con la fe, pero que tienen una conducta intachable. Son amables, educadas y respetuosas. También hay personas que presumen de ser cristianos pero su conducta deja mucho que desear de modo que dan mucho de qué hablar en contra de la fe. ¿Por qué?

La palabra del evangelio es viva y revitaliza el espíritu del ser humano de modo que naturalmente y en gratitud querrá practicar la piedad. Sin embargo, no todos lo que dicen ser creyentes lo son en realidad. Hay muchos falsos e hipócritas. Puesto que ellos no han sido engendrados por el poder del evangelio necesitan aparentar ser piadosos. Creyendo que los ayunos, oraciones en cadena, encendido de muchas velas, y otras prácticas más, son expresiones de piedad se engañan a sí mismos. ¿Cómo así?

La Biblia enseña que ninguna buena obra nuestra nos puede poner en buenas relaciones con Dios. Tanto el judaísmo legalista como muchos que afirman ser cristianos enseñan que el hombre se reconcilia con Dios al reconocer su pecado y al comenzar a obrar lo bueno. Por eso sus obras piadosas las hacen para agradar a Dios sin necesitar la obra redentora de Cristo. Niegan la eficacia de la piedad y creen en la eficacia del mérito humano. La verdad es que solo por la obediencia perfecta de Cristo y su padecer de toda la ira de Dios, hecha en sustitución de nosotros es tenemos una buena relación con Dios. en gratitud vamos a querer apartarnos de quienes enseñan y practican una piedad falsa.

Oración:

Señor, confieso que a mi viejo Adán le agrada pensar que algún mérito puedo tener para ganar la salvación o para serte agradable tratando de cumplir la ley moral. Pero tu palabra me enseña que todas mis buenas obras son delante de ti como trapo de inmundicia. A ti te agradan solo las buenas obras de tu Hijo Jesucristo. Gracias te doy porque esas buenas obras me han sido atribuidas a mi favor gratuitamente y porque sólo por sus méritos tengo la salvación. Concédeme permanecer firme en esta verdad y rechazar con firmeza y convicción la falsa doctrina del diablo. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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