Meditación - 2021 febrero 7

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 17:1–18:10, Romanos 2:17–29)

HAY UN SOLO MEDIADOR

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo

—1 Timoteo 2:5–6

De vez en cuando es común que algún predicador afirme que la salvación es por gracia y que Dios ya hizo su parte para salvarnos y que ahora nos toca hace nuestra parte. Tal afirmación es totalmente contraria a la enseñanza bíblica pues si bien es verdad que Dios hizo su parte, igualmente es verdad que él hizo nuestra parte también. ¿Qué significa eso?

Según la Biblia el destino final que merecemos, como pecadores que somos, es padecer toda la ira de Dios por la eternidad en el infierno. Nosotros, al ser descendientes de Adán y Eva heredamos de ellos nuestra naturaleza pecaminosa, es decir, el pecado original. Somos pecadores por herencia. Dios hizo su parte cuando Jesucristo llevó nuestro pecado en la cruz. Allí, Jesús exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» cuando recibía sobre sí mismo toda la ira eterna de Dios en lugar nuestro (Mateo 27:46; Isaías 53:5–6). Allí con su sangre derramada y su cuerpo entregado como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo Jesús compró nuestro perdón (1 Pedro 1:18–20) Pero ser perdonados no es suficiente para gozar de la dicha eterna en el cielo pues allá solo pueden vivir los justos. Un justo es alguien que piensa como justo, siente como justo y actúa como justo, es decir hace lo correcto, lo justo y lo hace perfectamente. Para entrar al cielo nuestra parte es la de haber sido justos. Pero como está escrito: ««No hay un solo justo, ni siquiera uno» (Romanos 3:10–12) La sangre de Cristo nos limpia de los pecados pero para ir al cielo no solo hay que estar limpio sino también haber sido justo con obras justas. Nadie pudo serlo y, precisamente por eso, Jesucristo tuvo que ser nuestro sustituto en esto también. Sí, él fue justo perfectamente en lugar nuestro al obedecer perfectamente la ley moral de Dios en lugar nuestro. Así su justicia nos es atribuida gratuitamente por la sola gracia mediante la sola fe.

Es solo gracias a los méritos de la obediencia perfecta de Cristo que Dios nos considera justos. Por eso Jesucristo hombre es el único mediador ente Dios y los hombres. En gratitud vamos a querer pensar, sentir y actuar como justos.

Oración:

Oración: Gracias, Señor, te doy por tu gran misericordia y por tu amor que no merezco, pues me salvaste y me atribuiste los méritos de Jesucristo. Te suplico que por tu medios de gracia me afirmes en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.

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