Skip to content

Meditación - 2021 febrero 26

Meditación - 2021 febrero 26

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 39, Romanos 8:6–12)

LA OBEDIENCIA PASIVA DE JESUCRISTO

Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor. Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos.

—Isaías 53:10–11

Nuestro Señor Jesucristo obedeció perfectamente la voluntad de Dios en lugar de nosotros desde el vientre de su madre. A esa obediencia denominamos «la obediencia activa de Cristo» porque él la obedecía deliberadamente. No necesitó ningún tipo de coerción ni amenaza para obedecer. Tampoco obedecía motivado por la idea de recibir algún elogio o recompensa por su buena conducta. Puesto que Jesús era perfecto, santo y justo desde su concepción, la obediencia a la voluntad de Dios era parte natural de su carácter. Por tanto obedecer la voluntad de Dios no le representaba dificultad porque Jesús quería lo mismo que el Padre.

Pero para salvarnos Jesús tuvo que padecer nuestro castigo. Él tuvo que ser llevado a la cruz como oveja al matadero. Cuando llegó el momento, Cristo no opuso resistencia. Por el contrario enmudeció al punto que ni siquiera profirió exclamaciones de dolor cuando fue golpeado, azotado y crucificado (Isaías 53:3–10). A su sumisión al castigo en lugar nuestro denominamos obediencia pasiva. Cristo se sometió dócilmente a la crucifixión pero ese no sería su peor sufrimiento. Lo peor vino cuando Dios tuvo que despreciarlo ante el hecho de que nuestro pecado estaba sobre el crucificado. Tanto fue su amor que prefirió soportar la ira eterna para rescatarnos. En gratitud vamos a querer apreciar a Cristo, nuestro sustituto.

Oración:

Oración: No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni el infierno tan temido. Tú me mueves, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido. Muéveme, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara y aunque no hubiera infierno, te temiera. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos