Meditación - 2021 febrero 2

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 7–8, Romanos 1:8–17)

CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE ARREPENTIMIENTO

Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto. Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo. Si el malvado no se arrepiente, Dios afilará la espada y tensará el arco

—Salmo 7:10–12

La adversidad llegó a la vida de Job, no solo como la pérdida de sus hijos y sus bienes materiales o como una enfermedad muy dolorosa y paralizante. La peor adversidad le llegó cuando su esposa y amigos más cercanos sostenían que todo su padecimiento era el castigo por sus pecados escondidos que debía confesar. También hoy prevalece esta forma de pensar. Pero no es necesariamente correcta, tal como lo demuestra el libro de Job. ¿Cómo así?

Las adversidades que vienen al ser humano no son el castigo por su pecado. La Biblia con bastante claridad enseña que Dios castigará el pecado con el fuego eterno del infierno (Apocalipsis 21:8; 1 Corintios 6:9–10). Cuando alguna desgracia le sucede al impío puede que sea el resultado natural de su mala acción pero de ninguna manera se trata del castigo divino por su pecado. Puesto que Dios aborrece al impío y a su pecado (Salmo 5:5) tal persona no es escuchada cuando clama al Señor. Pero tampoco eso es su castigo por el pecado. Jesús aclaró este asunto en Lucas (13:2–5) cuando explicó: «¿Piensan ustedes que esos galileos, por haber sufrido así, eran más pecadores que todos los demás? ¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan. ¿O piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? ¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan.»

Sí, la ira de Dios caerá por la eternidad sobre todos lo que lleguen allá sin arrepentimiento. La Biblia dice que Dios «quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad […] no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.» (1 Timoteo 2:42; 2 Pedro 3:9). Pero nadie puede proceder al arrepentimiento por sí mismo. Solo el evangelio anunciado tiene el poder de producir arrepentimiento y fe (Romanos 1:16; 10:17) Cristo ha encomendado a la iglesia llevar el anuncio del evangelio por todo el mundo. En gratitud a la salvación gratuita vamos a querer hacerlo.

Oración:

Oracion: Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado y guar-dado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. Gracias te doy por ello, pues mi salvación no depende de mí sino de ti. Amén.

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