Meditación - 2021 febrero 13

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 23–24, Romanos 4:6–12)

EL ESPLENDOR DEL SEÑOR

Alaben el nombre del SEÑOR, porque sólo su nombre es excelso; su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.

—Salmo 148:13

¿Ha visto el esplendor de Dios? Muchas personas afirman que sí. Sin embargo no todos lo que lo dicen realmente conocen qué es el esplendor de Dios ni dónde puede ser visto. ¿Cómo así?

Según el diccionario esplendor es resplandor. La Biblia habla del resplandor de Dios en relación a su gloria. En la sagrada Escritura, cada vez que alguien decía que había visto a Dios, en realidad se refería a su gloria. Tal como está escrito « A Dios nadie lo ha visto nunca» (Juan 1:18) Lo que, sí, se ha visto fue su gloria. Muchas veces esta gloria aparecía como un brillo o un resplandor. Moisés pasó mucho tiempo delante la gloria de Dios al punto que ese resplandor comenzó a reflejarse en su rostro (Éxodo 34:29–35).

Siglos más tarde Salomón construyó un lujoso templo en Jerusalén y lo dedicó al Dios de la Biblia. Al concluir la oración de Salomón los israelitas vieron descender el fuego y la gloria de Dios que se posó sobre el templo. Llenos de emoción entonaron cantos que alababan a Dios por su misericordia. Pero debido al pecado impenitente de los que vinieron después, el pueblo de Israel fue deportado a Babilonia y el templo destruido. 70 años después Dios permitió la reconstrucción del templo pero este carecía del lujo del anterior. Lo que lo recordaban llorando fueron consolados con esta profecía: «El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el SEÑOR Todopoderoso—» (Hageo 2:9). Ese esplendor no es otro que Jesucristo hecho carne (Juan 1:14). Hoy, ese esplendor está presente en Jesucristo hecho evangelio (2 Corintios 4:4). En gratitud a Jesucristo por su obra redentora como sustituto nuestro, vamos a querer habitar delante de su esplendor frecuentando el evangelio en palabra y sacramento: «Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.» (2 Corintios 3:18).

Oración:

Oración: Señor, te doy gracias por Jesucristo, pues por sus méritos tengo el perdón y el privilegio de adorarte aunque de modo imperfecto. Concédeme por tus medios de gracia amarte de tal modo que te honre en gratitud a tu amor incondicional. Amén.

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