(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 12, Hebreos 13:20–25)

TIEMPO DE ADVIENTO, DÍA DE REGOCIJARNOS

4Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:4-7

A medida que avanza el tiempo de Adviento estamos más cerca de celebrar la Navidad, y aún más cerca de la segunda venida de Cristo. En estos últimos días del año, estamos muy afanosos por cumplir las metas que no hemos alcanzado y por empezar a recoger la cosecha del trabajo de este año. Pero nuestro Dios quiere que dejemos los afanes de esta vida porque nos llevan a pecar en contra del primer mandamiento, permitiendo nosotros que sea el mundo lo primero de esta vida. Por estas actitudes pecaminosas merecemos el castigo eterno en el infierno.

Hoy, por la obra del Espíritu Santo somos creyentes. El evangelio, que nos convenció que Jesús nunca se afanó por el mundo y que dio su vida por todo el mundo, hace que este tiempo de Adviento estemos regocijados. Estamos felices porque la venida de Jesús esta cerca y, por esto es tiempo de oración donde damos gracias a nuestro Dios por la paz que el vino a traer. Por esto, nuestros corazones están regocijados en Cristo Jesús. Por esto, en esta temporada de preparación, pensemos en Cristo Jesús quien vino a este mundo para salvarnos y quien vendrá de nuevo en su segunda venida para terminar su plan de salvación y llevarnos al cielo por siempre. Amén

Oración:

Señor Dios permite que siempre estemos regocijados, que siempre estén nuestros ojos puestos en el cielo, para que la paz viva en nuestras vidas, hoy y siempre. Amén

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