(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 22, Santiago 5:7–12)

TIEMPO DE NAVIDAD, EL VERDADERO REGALO

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Isaías 9:6

La navidad es muy deseada por los niños porque es la época donde más regalos reciben. Todas las organizaciones buscan la manera de dar regalos y los famosos buscan la oportunidad de darse a conocer con los regalos en la navidad. Pero ¿El regalo de la Navidad es material o espiritual? Isaías setecientos años antes del nacimiento del Salvador, profetizó por medio del Espíritu Santo los regalos que nos trajó en la primera navidad nuestro Salvador nacido. El regalo de Navidad, que significa nacimiento, se encuentra en el nombre de este niño que nació en Belén. Admirable quiere decir que es extraordinario, salido de todo lo normal; también su nombre es Consejero porque su Palabra nos guía en este mundo, Dios Fuerte porque vino a enfrentarse contra el adversario para librarnos de la esclavitud del pecado y la muerte eterna; Padre Eterno porque es Dios y no tiene principio ni fin, Príncipe de Paz porque nuestro pecado hace que seamos enemigos de Dios y que nuestra carne esté en constante guerra con el creador, pero este niño que nació en Belén nos trajo la verdadera Paz. Estos nombres son el verdadero regalo de Navidad porque la escencia de nosotros la encontramos en Efesios 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Y en su nombre encontramos que ya no somos hijos de ira sino hijos de Dios porque Jesús vino a este mundo a vivir perfectamente por amor a nosotros y a sacrificarse para que nosotros tengamos el mejor regalo que nos da el Espíritu Santo, el cielo eterno. Amén

Oración:

Padre Eterno, gracias te damos por permitirnos vivir por la eternidad al lado tuyo. Danos la oportunidad de compartir el nombre de Jesús con otros para que ellos también tengan vida eterna. Amén

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