(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 20:1–19, Santiago 3:13–18)

TIEMPO DE ADVIENTO, DÍA DE RIQUEZA

4Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; 5porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 6así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo

1 Corintios 1:4-7

Las riquezas de este mundo no son pecado por si solas, lo que pasa con ellas es que no le damos el uso indicado y las hacemos nuestro dios pecando en contra del primer mandamiento. También encontramos otro problema de éstas cuando dedicamos todo el tiempo por tenerlas y olvidamos concentrarnos en la verdadera riqueza que tenemos, la cual Pablo no solamente le recuerda a los Corintios sino a nosotros en este día. La riqueza en toda palabra y toda ciencia es el conocimiento de la obra de Cristo. Este Adviento damos gracias a Dios porque esta riqueza hace parte de nuestras vidas, la riqueza espiritual es la que predomina en nuestras vidas. Por la obra del Espíritu Santo tenemos el don de la Salvación puesto que tener la riqueza de Cristo es confiar en su obra de redención hecha por nosotros, Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 2 Corintios 8:9.

La riqueza que tenemos es espiritual y el Espíritu Santo hace que vivamos en esta riqueza esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, es decir, su segunda venida. La riqueza de Cristo nos lleva a estar preparados para la segunda venida de Él o para nuestro encuentro cuando partamos de este mundo. Por esto vamos a mantener un balance entre nuestro tiempo a conseguir el pan diario predominando nuestro alimento espiritual, aquel que siempre nos mantiene ricos eternamente. Amén

Oración:

Espíritu Santo, la riqueza de tu Palabra nos mantenga conectados a Cristo y a su venida por segunda vez. Amén

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