(Lectura de la Biblia en tres años: Ezequiel 14:12–15:8, Santiago 1:19–21)

TIEMPO DE ADVIENTO, DÍA PENTECOSTÉS

respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Lucas 3:16

Ustedes se preguntarán ¿Qué tiene que ver el Adviento, tiempo de prepararnos para la venida de Cristo con el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo vino en lenguas de fuego sobre los apóstoles? Juan el Bautista nos enseña lo importante de entender la obra del Dios verdadero, el Padre en los cielos nos exige que seamos perfectos como Él es perfecto, pero nuestro pecado no permite que lo seamos. Por esto Juan el Bautista habla del Hijo, la segunda persona de la Trinidad, como aquel que es más poderoso y santo que él porque no es digno de desatar la correa de su calzado. Las Escrituras nos enseña que Jesús fue santo, sin pecado, para ser nuestro sustituto y, además de esto, su amor le llevó a dar la vida por nosotros para que el Padre en los cielos nos vea perfectos a través de la obra de Jesús.

Pero cuando habla del bautismo en Espíritu Santo y fuego, no está hablando de un nuevo bautismo. Está hablando de la renovación que el Espíritu Santo hizo en nosotros. El día de Pentecostés Dios cumplió la promesa de enviar al Consolador, pero más que eso, ese día fue de gran cosecha espiritual. Muchos que estaban celebrando las fiestas de las cosechas fueron testigos de una cosecha espiritual en la cual nosotros somos parte. Hoy estamos preparados y listos para la venida de Cristo porque el Espíritu Santo, usando el evangelio y los sacramentos, nos mantiene vivos espiritualmente para el día de la venida de Cristo. Amén.

Oración:

Dios Trino, guíanos en la verdad de tu Palabra para que nos mantengas unidos a la espera de Jesús. Amén.

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